EUROPA/ITALIA - “Nuevos aires en la comunidad” para los Misioneros Javerianos después del Capítulo General

viernes, 20 julio 2007

Roma (Agencia Fides) - El 19 de julio concluyó el XV Capítulo general de los Misioneros Javerianos (Ver Fides 13/3/2007 y 12/7/2007). Durante un mes, 47 misioneros provenientes de los 20 países del mundo en los cuales trabajan los Javerianos se reunieron para conocerse, rezar, reflexionar y tomar decisiones. El P. Rino Benzoni, confirmado Superior general del Instituto, en una contribución enviada a la Agencia Fides con el título “Nuevos aires en la comunidad” presenta el balance del Capítulo y las perspectivas para el futuro.
Seguidamente publicamos las partes principales.
“En primer lugar un Capítulo tiene que tener un conocimiento profundo de la realidad. Por esto escuchamos los informes de cada país en los cuales estamos presentes, enriqueciéndonos con varias preguntas. Al final la Dirección general saliente presentó una relación detallada de lo que realizó durante los últimos seis años y de aquella que, según la misma, es la situación de la Congregación. Desde este conocimiento, los capitulares buscaron definir algunas líneas guías para los próximos seis años. Difícil resumir todas las reflexiones e indicaciones. Presento algunas de estas.
1. El misionero. La conciencia que el único verdadero misionero es Jesucristo y que nosotros solo podemos serlo en la medida en la cual estamos unidos a Él, en los motivos que nos empujan y en las opciones concretas de la vida. Asimismo, Jesús es la única verdadera buena noticia que podemos dar al mundo, en la variedad de las actividades que la misión conlleva. De este modo se entiende mejor también la opción de Mons. Conforti que nos quiso totalmente consagrados a la misión, de modo que en nosotros y con nosotros sea el Espíritu de Jesús el que actúe.
2. Ancianos y jóvenes. Entre los hechos que marcan nuestra Congregación, el Capítulo ha marcado el envejecimiento de muchos (también los misioneros envejecen, si no mueren antes), pero también la presencia de nuevos jóvenes que de tantas partes del mundo se unen a nosotros, en la única misión de la Familia Javeriana. De este modo, la Congregación, por una parte, tiene que sostener a los ancianos, para que sean misioneros serenos hasta el último respiro, también en la enfermedad y en la inactividad. La misión, de hecho, más que un hacer, es principalmente “corazón y vida”, por eso el misionero, también en la enfermedad, es misionero. Por otra parte, hoy la Congregación debe aprender a acoger en su interior e integrar en la única misión, jóvenes hermanos provenientes de 13 países del mundo: asiáticos, africanos, americanos y europeos. Un importante desafío no privado de problemas, pero que sin embargo enriquece a la Familia Javeriana.
3. Misión juntos. Otro de los puntos importante es que, en la misión, ninguno debe ir como “llanero solitario”. Construir solos, si bien puede aparecer como el camino más fácil y fructuoso, en realidad se revela como el más estéril y dañino. Justamente teniendo presente las tentaciones del protagonismo e individualismo, fuertes también en nosotros misioneros, una de las tareas prioritarias de la Congregación es la de unir los esfuerzos de todos.
4. Formación de los jóvenes. El Capítulo se centró asimismo sobre cómo formamos a los jóvenes que el Señor nos confía. Más allá de las opciones concretas, hemos afirmado que a los jóvenes los forman no sólo los así llamados “formadores”, sino todos nosotros, porque se educa más por lo que se es que por lo que se dice o se enseña. Por esto, el Capítulo invitó a todos los Javerianos a ser fieles a su vocación y a la coherencia de vida, convencidos que es el mejor modo para obtener del Señor buenas vocaciones y formarlas”.
En fin, el P. Benzoni evidencia como el Capítulo fue un momento fuerte de gracia, una bella experiencia de comunión con los hermanos de diversas edades y proveniencias, además de una comunión con Dios. El momento más bello y sentido de cada día fue, sin duda, la Eucaristía matutina, durante la cual escuchamos la Palabra de Dios y compartimos el Cuerpo de Cristo, recordamos los hermanos vivos y muertos, país por país, hicimos memoria de los Javerianos mártires (y no sólo de ellos), y ofrecimos en la oración las alegrías y esperanzas de los pueblos de nuestras misiones”. (S.L.) (Agencia Fides 20/7/2007; líneas: 52 Palabras: 711)


Compartir: