EUROPA/ESPAÑA - “Ha sido una vuelta a lo esencial, a la frescura de la fe, a la novedad de Dios que no se trata tanto de hacer cosas nuevas sino de hacer nuevas las cosas que ya hacemos”: una valoración final de la Misión Joven celebrada en Madrid, Getafe y Alcalá de Henares

viernes, 13 julio 2007

Madrid (Agencia Fides) - La Misión Joven que han venido desarrollando las Arquidiócesis de Madrid y las dos diócesis sufragáneas Gétafe y Alcalá de Henares, llega a su fin. El proyecto tienen previsto culminar con una visita a Roma para hacer una confesión de la fe ante los apóstoles Pedro y Pablo y donde serán recibidos en audiencia por el Santo Padre, Benedicto XVI el 9 de agosto. La Agencia Fides ha entrevistado a D. Gonzalo Pérez- Boccherini Stampa, Delegado diocesano de Juventud de la diócesis de Getafe.

¿Cómo y por qué surgió la idea de organizar esta Misión?
Las tres diócesis de Madrid (Madrid, Gétale, Alcalá de Henares) tienen una gran herencia religiosa y una gran religiosidad popular, pero en los tiempos actuales es necesario que los jóvenes profundicen ellos mismos en su fe y sienten la necesidad de transmitirla personalmente. De otro modo esta se irá perdiendo. Esta es la razón por la que los tres Obispos vieron la conveniencia de hacer una gran misión juvenil diocesana como un gran momento de comunión de todas las instituciones de tal manera que fuera una fuerza de vanguardia con un nuevo estilo. Se ha mostrado además muy providencial precisamente en este año de gran agresividad laicista en España. Y ha sido una actividad sin precedentes en Madrid por su gran movilización y elevada participación.

¿Cuáles han sido las actividades principales que se han desarrollado durante este año de misión?
El primer momento importante fue la apertura en la Plaza de Oriente el 11-12 de noviembre, acto durante el cual tuvo lugar la adoración Eucarística en la Catedral castrense por la noche y una Eucaristía el domingo por la mañana. La clausura será dentro de pocas semanas con un encuentro con el Santo Padre Benedicto XVI donde podremos juntos entregar ese credo que hemos proclamado durante este año, acto en el que participaran algunos de los jóvenes que se han beneficiado de este anuncio pastoral. Para ello las tres diócesis han organizado una gran peregrinación a Roma y los jóvenes serán recibidos en audiencia especial por el Papa.
Ha habido un segundo nivel que es el diocesano en el que cada diócesis ha organizado sus propias actividades. En Getafe cabe destacar las grandes peregrinaciones misioneras a Guadalupe para poner ante la Virgen los frutos de la misión y a Javier, primer misionero. Tuvimos una jornada diocesana de jóvenes con más de 700 participantes donde reconocimos el Corazón de Jesús como la fuente y meta de toda acción misionera. Un congreso con distintas personalidades de la vida diocesana y nacional para que la pastoral juvenil tenga también una fundamentación formativa y dogmática grande. Se han llevado a cabo además actividades publicas como conciertos en las plazas, eucaristías en las calles, visitas a las casas, colegios, manifestaciones publicas... sobre todo en los lugares donde están los jóvenes. Ya que muchos no se acercan a la Iglesia, la Iglesia se ha acercado donde están ellos

¿Cómo ha sido la respuesta de los jóvenes?
En general ha sido muy buena. Muchos jóvenes están deseando entregarse pero no saben como ni la manera y cuando se les ha propuesto una actividad tan grande como esta, tan arriesgada y elevada se han entusiasmado y lo han vivido con esperanza y siendo conscientes de que eran protagonistas de esta gran acción misionera. Hemos visto en muchas comunidades, que muchos jóvenes se han despertado en su vocación sabiendo que dependía de ellos la evangelización de sus contemporáneos. En cuanto a los que han recibido el anuncio la respuesta ha sido diversa. El fruto no depende de nosotros y nos sabemos como será y lo que podrá ser con el tiempo. Pero se pueden contar testimonios de jóvenes que lo han recibido como algo que estaban en cierto modo deseando.

¿Por qué terminar la misión en Roma?
Teniendo en cuenta que la misión ha tenido tres partes. La pre-mision que fue un largo año de consultas y de preparativos para llevarla a cabo. Luego un segundo año de misión que va a terminar en Roma y luego empieza el año de la post-misión que se tratará de profundizar en lo sucedido y pasar de ese anuncio general a una integración de todo lo vivido, Roma será pues como una etapa de transición. Además venimos aquí para a ser confirmados en la fe de Pedro, en la fe de la Iglesia, encontrándonos con el sucesor de Pedro que nos ayudara a renovar nuestra fe. Además en Roma se da el encuentro con la Iglesia universal aspecto que es muy importante. Por último, supone
un encuentro con la historia de la iglesia, hoy que muchas veces perdemos las raíces y vivimos en un mundo moderno que ha perdido sus orígenes historia, pasado.

Podría hacernos una valoración global de la misión
En primer lugar diría que hemos vuelto a reconocer que la evangelización depende en gran medida de la comunión y esto no solo es una exigencia del ser de la iglesia y del mandato de Jesucristo sino que se pone más de manifiesto en el mundo globalizado. En segundo lugar la experiencia de este año ha sido que aunque el anuncio misionero es uno, el anuncio de Cristo, la variedad es múltiple según los carismas y estilos. Hemos valorado lo que nos une y nos hemos completado en aquello que nos separa pero no nos opone.
Por ultimo creo que también nos ha ayudado a reconocer el principal problema en este nuestro mundo es la falta de amor, la falta de Cristo y por tanto, nos ha ayudado a darnos cuenta que no podemos estar más pendientes de las pequeñeces que tenemos dentro de la Iglesia y que nos hacen perder tiempo y fuerzas teniendo un mundo que se desangra porque carece de Dios, que se desangra en la pobreza y muere de tristeza por la falta de Dios. Yo diría pues que ha sido una vuelta a lo esencial, a la frescura de la fe, a la novedad de Dios que no se trata tanto de hacer cosas nuevas sino de hacer nuevas las cosas que ya hacemos y las actividades que vivimos. Ha sido pues una llamada a la unidad y sentirnos orgullosos de pertenecer a la iglesia católica. (RG) (Agencia Fides 12/7/2007 Líneas: 78 Palabras: 1.091)


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