VATICANO - La “DOMINUS JESUS” y “DIOS: PAZ O DOMINIO” (mañana, 10 de julio, en la RaiUno a las 23.30): una reflexión de don Nicola Bux y don Salvatore Vitielo

lunes, 9 julio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “Dios, paz o dominio” quiere ser asimismo un tentativo, uno de los primeros en la historia de la televisión, de traducir en imágenes un documento pontificio. Concretamente, se trata de un documento, de una declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmado por el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, como Prefecto, y por el entonces Arzobispo Tarcisio Bertone, como secretario. La Dominus Jesus que a su exordio suscitó no pocas polémicas, sea al externo que al interno del mundo católico, se caracteriza fundamentalmente por una afirmación que retorna a menudo en la catequesis, en las homilías, en los discursos de Benedicto XVI: Jesús de Nazareth Señor y Cristo es el único Salvador del hombre, del mundo y de la historia.
Afirmación, si se quiere, fuerte pero totalmente en línea con dos mil años del magisterio eclesial y de fe del pueblo que reconocen en Jesús, no sólo el más grande hombre de la historia, sino también el Hijo de Dios hecho hombre y partícipe de la naturaleza divina.
La unicidad y la irrepetibilidad de la encarnación hacen de Cristo el único Salvador, y del cristianismo (o mejor del judeo-cristianismo) la única religión revelada.
En la última parte de la Dominus Jesus se afirma asimismo que la salvación traída por Cristo llega al hombre “no sin la participación de la Iglesia” dando así razón de la autocomprensión que la Iglesia tiene de sí como verdadera y propia presencia divina en el mundo.
“Dios, paz o dominio”, respetuosa de la diversidad, muestra al grande público las posiciones de las mayores tradiciones religiosas y mundiales respecto a temas cruciales como la violencia, el mal y la existencia de Dios. Demuestra al gran público capaz de mirar con inteligencia, razón, con espíritu crítico y libertad cuanto viene mostrado y, sobre todo, cuanto afirman los diferentes líderes religiosos.
El cuadro que emerge, también y sobre todo para una mentalidad laica y no confesional, es que cuanto es justo, verdadero y bueno afirmado por todos los jefes religiosos entrevistados, es cuanto coincide y está presente en el cristianismo.
De este modo se muestra la plena racionalidad de la fe cristiana que, justamente en fuerza de la asunción de lo humano por parte de Dios, es una fe profundamente racional, enraizada en las necesidades, en las exigencias y en las esperanzas fundamentales de todo hombre.
La concesión de la Dominus Jesus de Cristo como único Salvador, aún así, no es una concesión exclusiva respecto a las otras tradiciones religiosas. Se habla, en efecto, de cristocentrismo inclusivo según el modelo de cumplimiento (Pablo VI) o de la presencia (Juan Pablo II). Entendiendo con tal expresión la interpretación positiva de lo que en cada tradición religiosa hay de bueno, en fuerza del Espíritu Santo, como verdadera y propia presencia de “elementos de verdad” cristiana en cada tradición religiosa.
Exactamente esta afirmación que surge en quien ve “Dios, paz o dominio”.
Existe el bien. Existe la verdad. Existe una capacidad del hombre para distinguir entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso. Dicha capacidad está iscripta en la razón y en el corazón del hombre, cada uno yendo a fondo de la propia humanidad, comparando todo con las exigencias fundamentales del yo, puede emitir un juicio.
“Dios, paz o dominio”, dice que en toda tradición religiosa hay algo bueno, verdadero, bello y justo, afirmando al mismo tiempo que sólo a la luz de Cristo y en la vida concreta de la Iglesia es posible vivir una libertad tal para poder no sólo reconocer el bien en sí mismo sino también en las otras personas.
En este sentido la transmisión, teológicamente hablando, es una traducción en imágenes de la Dominus Iesus, concordando el modelo del cristocentrismo inclusivo de las otras tradiciones religiosas, según el modelo más reciente de la presencia. (don Nicola Bux e don Salvatore Vitiello) (Agencia Fides 9/7/2007; Líneas: 49 Palabras: 671)


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