EUROPA/ESPAÑA - Los Obispos españoles piden a la escuela católica examinarse a sí misma y responder a los nuevos retos planteados a la acción educativa cristiana

lunes, 9 julio 2007

Madrid (Agencia Fides) - Los Obispos españoles “conscientes de la importancia de la educación y de las dificultades por las que atraviesa en el momento presente”, acaban de publicar un documento titulado “La escuela católica. Oferta de la Iglesia en España para la educación en el siglo XXI”, cuyo texto fue aprobado durante la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en su LXXXIX reunión, celebrada la semana del lunes 23 al viernes 27 de abril de 2007. Consideran los Obispos que “en el comienzo de este nuevo siglo la escuela católica está llamada a examinarse a sí misma y a responder a los nuevos retos planteados a la acción educativa cristiana”. Por ello buscan “favorecer e impulsar una sana renovación de la acción educativa de la escuela católica que dé respuestas y horizontes ilusionantes de calidad educativa cristiana”. El documento consta de una Introducción, cuatro partes (Retos que debe afrontar, la identidad de la Escuela católica, prioridades y urgencias, propuestas de actuaciones futura) y una conclusión.
Se señalan en primer lugar algunos retos que debe afrontar hoy la escuela católica pues “al igual que toda institución educativa se ve hoy afectada por las situaciones y problemas de la misma sociedad a la que sirve”. Los principales retos derivan del hecho de encontrarnos en una sociedad en cambio continuo y pluralista. Además están también los problemas que provienen de las familias cuyos comportamientos, no siempre, están en sintonía con la educación que se imparte en la escuela a lo que se une el grave fenómeno de las crisis familiares y el deterioro del concepto mismo de la familia. Otros retos viene de cierto desencanto de la comunidad educativa y del descenso progresivo del numero de religiosos y sacerdotes en los colegios.
Según los Obispos “el reto más importante de la escuela católica es educar y formar a sus alumnos conforme al proyecto educativo cristiano” y la escuela católica “ha de contrarrestar aquellos condicionantes que dificultan el auténtico desarrollo de la formación integral conforme la concibe el humanismo cristiano”. La escuela católica debe además educar en los principios morales, valores y virtudes que proceden de la fe cristiana. “Educar en la fe - se lee en el documento - es mucho más que desarrollar las facultades y capacidades del ser humano: es ayudar al alumno a dar una respuesta de adhesión libre y consciente, según su capacidad, a la Palabra de Dios, lo que implica un cambio de vida conforme al proyecto de persona que se le ofrece”.
El documento también aborda la nueva Ley Orgánica de Educación y sobre ella señala que “presenta ambigüedades que no nos pueden dejar de preocupar en materia de derechos y libertades y que, sin duda, generarán situaciones conflictivas en su desarrollo, en particular en lo que afecta a la elección por los padres del tipo de formación religiosa y moral que responda a sus convicciones”. Además, se alude a la dificultad a la que se enfrentan “muchos alumnos que cada curso quedan fuera de la escuela católica por las trabas que suponen las condiciones establecidas por la Administración educativa para su admisión y las dificultades añadidas para aumentar el número de puestos escolares necesarios para cubrir la demanda de este tipo de enseñanza”.
Los obispos finalizan el documento señalando algunas prioridades y urgencias entre las que se encuentran “renovar y fortalecer la propia identidad” de la escuela católica, implicar a las familias en el ejercicio de su derecho, promover la unidad de la comunidad eclesial en favor de sus centros y de su identidad. En este sentido realizan un llamamiento urgente a los religiosos, religiosas e instituciones titulares para que los colegios católicos mantengan su propia identidad católica al servicio de la evangelización.
El texto concluye con 13 propuestas de actuaciones futuras en la escuela católica. Entre ellas, motivar y formar a los miembros de la comunidad educativa sobre los principios y valores que conlleva la Persona y Mensaje de Jesucristo, la participación en la celebración de algunos sacramentos y otros actos litúrgicos, promover actividades para ayudar a los padres a asumir sus responsabilidades en la educación de sus hijos, cuidar la selección de los educadores laicos con criterios de adecuación a la identidad católica, potenciar la acogida de personas de otras culturas. (RG) (Agencia Fides 9/7/2007


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