AFRICA/KENYA - Se necesitan fondos para combatir la alarmante desnutrición infantil y la anemia en los campos de refugiados en Kenya

jueves, 5 julio 2007

Nairobi (Agencia Fides) - No cesa la alarme por el aumento de la tasa de desnutrición entre los niños debajo de los cinco años en los campos de refugiados en Kenya.
El Alto Comisionado para los Refugiados (UNHCR), el Programa Alimentario Mundial (PAM) y el Fondo para la Infancia (UNICEF) de las Naciones Unidas pidieron a los donantes contribuciones por 32 millones de dólares para mejorar la asistencia los niños refugiados y a sus madres que viven en los campos en el árido nord de Kenya.
Un total de 237.000 refugiados, en su mayoría somalíes y sudaneses, viven en los campos de Dadaab y Kakuma. Según una reciente investigación, la tasa de desnutrición aguda entre los niños por debajo de los cinco años es del 22,2% en los campos de Dadaad y del 15,9% en aquellos de kakuma. Las tasas superiores al 15% señalan una situación de emergencia.
Particularmente alarmantes son los niveles de anemia. Una investigación sobre la nutrición, comisionada por UNHCR y por la agencia alemana para el desarrollo GTZ, reveló que en junio de 2006, en los campos de Dadaad, las tasas de anemia eran del 78% entre los niños debajo de los cinto años y del 72,7% entre las mujeres.
PAM, UNHCR, UNICEF insisten que sirven un conjunto de medidas asistenciales para superar la escasez crónica de bienes esenciales como leño para hacer fuego, estufas de bajo consumo energético y jabón, para que los refugiados no tengan que vender el propio alimento y, para enfrentar estas necesidades. Se necesita urgentemente alimentos como maníes, que aportan importantes suplementos nutricionales para un mayor número de niños y centros terapéuticos que curen los casos más graves de desnutrición infantil. Sirve asimismo reforzar el personal en los centros sanitarios de los campos para curar los niños constantemente amenazados por la malaria y otras enfermedades. El año pasado además del cólera, sarampión, meningitis se registraron los primeros casos de polio en Kenya en los últimos veinte años.
También el agua escasea: los refugiados reciben una media de 19 litros de agua por persona al día en cambio del mínimo recomendado de 20 litros. Algunas familias reciben todavía menos, y viven en condiciones de total vulnerabilidad a las enfermedades.
El conjunto de estas medidas esenciales de sostén costará 32 millones de dólares para los próximos 12 meses. El PAM necesita de 24,3 millones de dólares para proveer una variedad de alimentos, el UNHCR de 7,17 millones de dólares para proveer jabón, carburante para cocinar, estufas a bajo consumo energético y alimentos completamente ricos en micronutrientes como las avellanas. (AP) (5/7/2007 Agencia Fides; Líneas: 34 Palabras: 444)


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