VATICANO - Llamamiento de Benedicto XVI a los Jóvenes para Sydney 2208: La Jornada Mundial de la Juventud -les ha dicho- es mucho más que un evento, es un momento de renovación espiritual profunda, cuyos frutos benefician a toda la sociedad.

jueves, 5 julio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia FIDES) - Al término de la audiencia general del miércoles 4 de julio, el Santo Padre Benedicto XVI pronunció, en inglés, un llamamiento dirigido a los Jóvenes para la Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Sydney en el 2008
¡Dentro de un año nos encontraremos con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud en Sydney, dijo el Papa en su llamamiento -. Deseo animaros para que os preparéis bien para esta maravillosa celebración de fe que se desarrollará con la compañía de vuestros Obispos, sacerdotes, religiosos, responsables de pastoral juvenil. Participad plenamente en la vida de vuestras parroquias y en los eventos diocesanos!.. De este modo, estaréis preparados espiritualmente para experimentar una nueva manera de entender en mayor profundidad todo lo que creemos cuando nos reunamos en Sidney en julio próximo. Pero recibiréis fuerza, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra» (Hech 1,8). Como saben, estas palabras de Jesús constituyen el tema de la Jornada Mundial de la Juventud 2008. Cómo se sentían los Apóstoles al oír estas palabras, podemos sólo imaginarlo, pero su confusión fue, sin duda, mitigada por un sentido de temor reverencial y de ansiosa espera de la venida del Espíritu Santo. Todos éstos perseveraban unidos en oración (Cfr Hech, 1, 14), experimentaban la auténtica fuerza del Espíritu, cuya presencia transforma la incertidumbre, el temor y la división en motivación, esperanza y comunión.
Un sentido de temor reverencial y de ansiosa espera describe también en qué modo nos sentimos mientras nos preparamos para encuentro en Sydney. Para muchos de nosotros será un largo viaje. Aún así, Australia y su pueblo evocan imágenes de calurosa acogida y de maravillosa belleza, de una auténtica historia aborigen y de una multitud de ciudades y comunidades apasionadas. Sé que las autoridades gubernamentales y eclesiales, junto a los numerosos jóvenes australianos, están trabajando para garantizarnos una experiencia excepcional. A todos les dirijo mi vivo agradecimiento.
La Jornada Mundial de la Juventud es mucho más que un evento. Es un momento de renovación espiritual profunda, cuyos frutos benefician a toda la sociedad. Los jóvenes peregrinos están llenos del deseo de rezar, de nutrirse de la Palabra y del Sacramento, de ser transformados por el Espíritu Santo, que ilumina la maravillosa alma humana y muestra el camino para ser «expresión e instrumento del amor que proviene de Él».(Deus caritas est, n. 33). Es este amor, el amor de Cristo, el que el mundo anhela. Por esto estáis llamados a ser «testigos».
Algunos de ustedes tienen amigos con una poco real motivación en sus vidas, quizás absorbidos en la fútil búsqueda de infinitas nuevas experiencias.¡Traedles también a la Jornada Mundial de la Juventud!”, Al respecto, el Pontífice manifestó haber constatado de que contra la corriente del secularismo, muchos jóvenes están volviendo a descubrir la satisfactoria búsqueda de la auténtica belleza, bondad y verdad e indicó a los jóvenes del mundo que “con vuestro testimonio, les ayudaréis en la búsqueda del Espíritu de Dios. ¡Sean valientes en este testimonio!. Tratad de difundir la luz de Cristo, que guía y da sentido a la vida, de modo que la alegría y la felicidad estén al alcance de todos".
Queridos jóvenes, hasta nuestro encuentro en Sydney, que el Señor os proteja a todos! Confiamos la preparación a Nuestra Señora de la Cruz del Sur, Auxilio de los Cristianos. Con ella rezamos: «Ven Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor». (S.L.) (Agencia Fides 5/7/2007 - Líneas: 46 Palabras: 637 )


Compartir: