VATICANO - Las oraciones del cristiano en todas las lenguas: polaco - Las raíces cristianas de los Pueblos de Europa

martes, 3 julio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Al Noble Hijo de Polonia, el venerado y venerable Cardenal Karol Wojtyla, sucesor de Pedro con el nombre de Juan Pablo II le gustaba tanto subrayar las raíces cristianas de Europa, como lo demuestran dos pasajes extraídos de sus discursos y presentados a continuación.
1. Del Discurso del Papa Juan Pablo a los Obispos de las Conferencias Episcopales del Continente Europeo (Martes 19 de diciembre de 1978): “Tuve la fortuna de participar en el Simposio de 1975 y de pronunciarles una Conferencia. Deseo recordar al menos algunas de las ideas que Pablo VI expresó en aquella ocasión cuando nos recibió. Se refería a Europa, a su herencia cristiana y a su futuro cristiano. Nos invitaba a “despertar el alma cristiana de Europa allí donde radica su unidad”; a purificar y conducir de nuevo a los orígenes de los valores evangélicos que, si bien aún están presentes, están desarticulados, impregnados de objetivos puramente terrenos; a mover y fortificar las conciencias a la luz de la fe predicada en el tiempo y contra el tiempo; a hacer encontrar su llama más allá de todas las barreras.
Pablo VI, en línea con estos pensamientos, eligió San Benito como patrón de Europa y se acerca ya el décimo quinto centenario del nacimiento de este grande santo.
«Europa no es la primera cuna del cristianismo. Incluso Roma recibió el Evangelio gracias al ministerio de los Apóstoles Pedro y Pablo, que llegaron hasta aquí desde la patria de Jesucristo. Pero, de todos modos, es verdad que Europa se volvió al pasar de los años, en estos dos milenios, como el lecho de un gran río donde el cristianismo se difundió, fertilizando la tierra de la vida espiritual de los pueblos y de las naciones de este continente. Con este ímpetu, Europa se volvió un centro de misión que se difundió en los otros continentes».
2. Del Discurso del Papa Juan Pablo II al Cuerpo Diplomático para los saludos de inicio de año (Jueves 10 de enero del 2002): “Entre los motivos de complacencia se han de mencionar sin duda la progresiva unificación de Europa, simbolizada recientemente por la adopción de una moneda única por parte de doce Países. Se trata de una etapa decisiva en la larga historia de este Continente. Pero todo es tan importante que la ampliación de la Unión Europea sigue siendo una prioridad. Sé también que se piensa en la oportunidad de una Constitución de la Unión. A este respecto, es fundamental que se aclaren cada vez mejor los objetivos de esta construcción europea y los valores sobre los que ha de apoyarse. Es por esto que, no sin cierta pena, he visto que, entre los miembros que deberían contribuir a la reflexión sobre la "Convención" instituida durante la cumbre de Laeken el mes pasado, las comunidades de creyentes no han sido mencionadas explícitamente. La marginación de las religiones que han contribuido y todavía contribuyen a la cultura y al humanismo de lo que Europa está legítimamente orgullosa, me parece que son al mismo tiempo una injusticia y un error de perspectiva. ¡Reconocer una hecho histórico innegable no significa en absoluto ignorar toda la exigencia moderna de una justa laicidad de los Estados y, por tanto, de Europa!”. (J.M.) (Agencia Fides 3/7/2007 - Líneas: 38 Palabras: 553)


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