AMERICA/MEXICO - “Un católico, si de verdad quiere actuar de acuerdo a su fe, nunca podrá estar a favor de la eutanasia ni emitir su voto a fin de que sea legalizada en nuestro país” afirma el Obispo de Celaya

lunes, 2 julio 2007

Celaya (Agencia Fides) - Mons. Lázaro Pérez Jiménez, Obispos de Celaya (México) ha escrito un mensaje dirigido a todos sus fieles ante el debate sobre la eutanasia que se está llevando a cabo en el país desde que hace unos pocos días se informó que Asamblea Legislativa del Distrito Federal preparaban una nueva ley con el objeto de aprobar la despenalización de la eutanasia, después de que haya sido no hace mucho aprobada la despenalización del aborto. Según ésta, el aborto es permitido y no penalizado hasta las doce primeras semanas del embarazo de la mujer, es decir, “los legisladores- continua el Obispo - determinaron que la vida, don de Dios, comienza a ser vida a partir de este tiempo”. Por ello, considera Mons. Lázaro que es indignante “que una Institución cuya principal misión debería de servir para elaborar leyes a favor del bien común, se atreviera a despenalizar un crimen, un infanticidio a todas luces contrario a la ley natural y ofensivo al único Señor de la vida”.
Al pretender introducir ahora la nueva ley de la eutanasia, es decir, la muerte asistida de forma directa, continua el Obispo “los legisladores están demostrando que no están dispuestos a enfrentar los reales problemas de la población, aquellos que esperan una solución integral que permita a los más pobres y marginados llevar una vida digna”, pues según recuerda, “los retos de la inseguridad y la carencia de servicios elementales en el Distrito Federal son problemas apremiantes que, de no ser resueltos, podrían a futuro provocar inestabilidad y violencia”.
Recuerda a continuación el Obispo su deber, en comunión con todos los Obispos, de guiar al pueblo católico alimentándolo con la verdad del evangelio “cuyo mensaje central es la liberación del hombre de toda atadura y esclavitud recordándole, a la vez, su altísima dignidad como persona humana a la que se le reconocen sus derechos fundamentales comenzando por el derecho a la vida desde el primer momento de su concepción hasta su muerte natural. Callar en estos casos es incumplir la misión que se me ha confiado por pura gracia”.
“Un católico, si de verdad quiere actuar de acuerdo a su fe, nunca podrá estar a favor de la eutanasia ni emitir su voto a fin de que sea legalizada en nuestro país. El católico tendrá su opción en todo momento a favor de la cultura de la vida”, concluye el Obispo. (RG) (Agencia Fides 2/7/2007 Líneas: 30 Palabras: 438)


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