VATICANO - Las catequesis integral de San Cirilo “implicando el cuerpo, el alma y el espíritu sigue siendo emblemática para la formación catequística de los cristianos de hoy”: discurso de Benedicto XVI en la audiencia general

jueves, 28 junio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - También la audiencia general de esta semana, miércoles 27 de junio, la audiencia general número 100 del Santo Padre Benedicto XVI, se desarrolló en dos momentos. En la Basílica Vaticana el Santo Padre encontró diversos grupos de Peregrinos a quienes presentó la figura de los Apóstoles Pedro y Pablo, cuya fiesta se celebra próximamente: “Su ejemplo y su constante protección - dijo el Santo Padre en italiano - os sostengan en el esfuerzo de seguir a Cristo y de testimoniar en vuestra vida una adhesión fiel y valiente a sus enseñanzas”. “En la Catequesis en el Aula Pablo VI, en donde estaban presentes otros grupos de peregrinos provenientes de todo el mundo, el Papa presentó, en cambio, la figura de San Cirilo de Jerusalén, nacido alrededor del 315.
“Su vida - explicó el Papa - representa el cruce de dos dimensiones: por una parte, la atención pastoral, y por otra, la participación, a pesar suyo, e las encendidas controversias que turbaron entonces a la Iglesia de Oriente … Cirilo recibió una óptima formación literaria; fue ésta la base de su cultura eclesiástica, centrada en la Biblia. Ordenado presbítero por el obispo Máximo, cuando éste murió o fue depuesto, en el año 348, fue ordenado obispo por Acacio, influyente metropolitano de Cesarea de Palestina, filo-arriano, convencido de que era su aliado”. En poco tiempo, Cirilo tuvo problemas con Acacio en el campo del terreno doctrinal y jurídico, hasta el punto que en unos 20 años conoció tres exilios. Sólo en el 378 consiguió recuperar la posesión de sus sede llevando a los fieles a la unidad y la paz. Murió en el 387. Su ortodoxia, fue puesta en discusión, pero los Obispos orientales, en una carta enviada al Pontífice Romano, reconocieron oficialmente su profunda ortodoxia, la legitimidad de su ordenación sacerdotal y los méritos de su servicio pastoral.
“De él conservamos veinticuatro catequesis célebres, que expuso como Obispo alrededor del año 350”, recordó el Santo Padre. Dirigidas a los catecúmenos, se refieren al sacramento del Bautismo, a las verdades dogmáticas contenidas en el Credo o Símbolo de la fe, del Símbolo de Jerusalén, mientras que las últimas cinco, llamadas “mistagógicas”, comentan los ritos del Bautismo, del crisma, del Cuerpo y Sangre de Cristo y de la liturgia eucarística. “Está incluida la explicación del Padre Nuestro (oratio domenica): que presenta un camino de iniciación a la oración, que se desarrolla paralelamente a la iniciación a los tres sacramentos, el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía”.
“La catequesis era un momento importante - recordó el Santo Padre - enmarcado en el amplio contexto de toda la vida, en particular la litúrgica, de la comunidad cristiana, en cuyo seno materno tenía lugar la gestación del futuro fiel, acompañada por la oración y el testimonio de los hermanos. En su conjunto, las homilías de Cirilo constituyen una catequesis sistemática sobre el renacimiento a través del Bautismo”.
Centrándose en las características de la catequesis, el Papa ha proseguido: “Desde el punto de vista doctrinal, Cirilo comenta el Símbolo de Jerusalén recurriendo a la «tipología» de las Escrituras, en relación «sinfónica» entre los dos Testamentos, hasta llegar a Cristo, centro del universo... Respecto a la Catequesis moral, ésta está anclada con una profunda unidad en la catequesis doctrinal: hace que el dogma descienda progresivamente en las almas, que de este modo son alentadas a transformar los comportamientos paganos en la nueva vida en Cristo, don del Bautismo. La catequesis mistagógica, en fin, marcaba el vértice de la instrucción que Cirilo impartía los que ya no eran catecúmenos, sino neobautizados o neófitos durante la semana de Pascua. Les llevaba a descubrir, en los ritos bautismales de la Vigilia pascual, los misterios encerrados en ellos y que todavía no les habían sido desvelados. Iluminados por una fe más profunda gracias al Bautismo, los neófitos eran capaces finalmente de comprenderlos mejor, al haber celebrado los ritos”.
Concluyendo su discurso el Santo Padre ha subrayado que “la catequesis de Cirilo, en virtud de los tres elementos descritos - doctrinal, moral y, por último, mistagógico - se convierte en una catequesis global en el espíritu. La dimensión mistagógica se convierte en síntesis de las dos primeras, orientándolas a la celebración sacramental, en la que se realiza la salvación de todo el hombre. Se trata, en definitiva, de una catequesis integral que implica el cuerpo, el alma y el espíritu y sigue siendo emblemática para la formación catequística de los cristianos de hoy”. (S.L.) (Agencia Fides 28/6/2007 - Líneas: Palabras: )


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