VATICANO - El Papa en la Asamblea de la Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO): “Tierra Santa, Irak y el Líbano están presentes en la oración y en la acción de la Sede Apostólica y de toda la Iglesia, con la urgencia y la constancia que merecen”.

jueves, 21 junio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “La presencia de los venerados Prelados Orientales me permite compartir la pena y preocupación por la delicada situación en la que se encuentran grandes áreas de Medio Oriente. La paz, tan solicitada y esperada, lamentablemente, continúa siendo fuertemente ofendida. Está ofendida en el corazón de las personas individuales y esto complica las relaciones interpersonales y comunitarias. La debilidad de la paz se agudiza finalmente con motivo de injusticias antiguas y nuevas. De esta manera se apaga, dando espacio a la violencia, que a menudo degenera en guerra más o menos declarada hasta constituir, como en nuestros días, un urgente problema internacional”. Así lo afirmó el Santo Padre Benedicto XVI recibiendo en audiencia esta mañana, 21 de junio, a los participantes en la Asamblea de la “Reunión de las Obras para la Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO). De frente a esta grave situación el Papa afirmó: “Deseo apelar de nuevo al corazón de Dios, Creador y Padre, para pedir con inmensa esperanza el don de la paz. Llamo al corazón de quienes poseen responsabilidades específicas para que se adhieran al serio deber de garantizar la paz para todos indistintamente, liberándola de la enfermedad mortal de la discriminación religiosa, cultural, histórica o geográfica”.
En este contexto, el Santo Padre insistió que “la Tierra Santa, Irak y Líbano están presentes, con la urgencia y la constancia que merecen, en la oración y en la acción de la Sede Apostólica y de toda la Iglesia” y renovó especialmente al Patriarca Caldeo su pésame por el bárbaro asesinato de un sacerdote y de tres subdiáconos al final de la liturgia dominical del pasado 3 de junio en Irak. “La Iglesia entera acompaña con afecto y admiración a todos sus hijos e hijas y los sostiene en esta hora de auténtico martirio por el nombre de Cristo”, subrayó el Papa.
En fin, Benedicto XVI alentó a los miembros de la ROACO para que continúen su obra “para que el aporte insustituible que dan al testimonio de la caridad eclesial encuentre pleno desarrollo en la forma comunitaria de su ejercicio”, y subrayó que la urgencia de la elección ecuménica y la inderogabilidad de la religiosa extraigan su alimento del movimiento eclesial: “Tales opciones son expresiones de la misma caridad, la única capaz de estimular los pasos del diálogo y de abrir horizontes inesperados”. (S.L.) (Agencia Fides 21/6/2007 - Líneas: 34 Palabras: 444)


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