VATICANO - “Orientaciones para la Pastoral de la Carretera”: La liberación de las mujeres de la calle, la prevención y la recuperación de los chicos de la calle, la acogida de los sin techo

miércoles, 20 junio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Arzobispo Agostino Martino, Secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, durante la presentación de las “Orientaciones para la Pastoral de la Carretera” se detuvo sobre los contenidos de la segunda, tercera y cuarta parte del documento. La segunda, dedicada a la Pastoral para la liberación de las mujeres de la calle, considera la prostitución como una forma de esclavitud, muchas veces ligada al tráfico de seres humanos: “son actos de violencia que constituyen una ofensa a la dignidad humana y una grave violación de los derechos fundamentales... Es hora de condenar con fuerza, dando vida y apropiados instrumentos legislativos de defensa, de las formas de violencia sexual que particularmente tienen por objeto las mujeres. En nombre del respeto de la persona no podemos no denunciar la difundida cultura hedonística y mercantil que promueve la sistemática explotación sexual, llevando también a chicas de joven edad a caer en el círculo de la corrupción y prestarse al comercio del propio cuerpo”.
La Comunidad internacional y muchas Organizaciones no Gubernamentales están buscando enérgicamente, oponerse a las actividades criminales y proteger las personas víctimas del tráfico de seres humanos. “La Iglesia tiene la responsabilidad pastoral de defender y promover la dignidad de la persona humana explotada por la prostitución, y de preparar su liberación dando, con este objetivo, un apoyo económico, educativo y formativo” afirmó Mons. Marchetto. Para alcanzar este objetivo es necesario una renovada solidaridad en las comunidades cristianas, de específicos programas de formación para los operadores pastorales, de colaboración con los medios de comunicación social para una correcta información. “La Iglesia tendrá que pedir la aplicación de leyes que protejan a las mujeres de la plaga de la prostitución y del tráfico de seres humanos, y también crear un plan adecuado de formación, para suscitar una toma de conciencia general y pública sobre este grave problema, y encontrar juntos los medios para combatirlo”.
La tercera parte del documento se refiere a la pastoral de los chicos de la calle, que toca alrededor de 100/150 millones de chicos. “Es un fenómeno que está creciendo prácticamente por todas partes, y que representa una verdadera y propia emergencia social y pastoral” dijo Mons. Marchetto. Entre las causas que están a la base de este fenómeno se destacan la creciente disgregación de las familias, las situaciones de tensión entre los padres, los comportamientos agresivos y violentos, y a veces incluso perversos en relación con los hijos, la inmigración, la pobreza y la miseria, el aumento de la toxico dependencia y el alcoholismo, la prostitución y la industria del sexo. “Por estos motivos, es necesario que la Iglesia se haga cargo de este problema, sea con la prevención que con la recuperación de los chicos... Es importante pasar de una pastoral de la espera a una pastoral del encuentro y de la acogida, buscando y encontrando a los chicos (jóvenes) en sus propios lugares de encuentro, en las calles, en las plazas, en las discotecas y en las zonas más “peligrosas” de nuestras metrópolis. Es necesario ir al encuentro de ellos con amor para llevarles la Buena Noticia y testimoniar con la propia experiencia de vida que Cristo es Camino, Verdad y Vida”.
En la cuarta y última parte del Documento se ilustra la Pastoral para los sin techo (clochard). Las personas que viven y duermen en la calle, o reparándose abajo de los puentes, representan uno de los muchos rostros de la pobreza del mundo de hoy. Estos clochard pueden ser personas obligadas a vivir en la calle porque no tienen un techo en el cual repararse, extranjeros inmigrantes que tal vez, aún poseyendo un trabajo, no tienen un lugar en el cual vivir, o bien ancianos sin domicilio, o jóvenes que eligieron vivir de éste modo. De todos modos, son personas con su propia dignidad que hay que respetar. La atención a la dignidad y la persona del otro - afirmó Mons. Marchetto - se expresa en el modo de acogerlo, de servirlo, en el cuidado del ambiente donde se les ofrece algo para comer, en la actitud gentil de los voluntarios y operadores pastorales. Aquí está el estrecho lazo de la “Pastoral de la Carretera” con su manantial, Cristo Señor, en el misterio de Su encarnación, y con la Iglesia y su opción preferencial por los pobres, para evangelizarlos, obviamente, en el respeto de la libertad de conciencia de cada uno, dejándose, a su vez, evangelizarse por ellos “. (S.L.) (Agencia Fides 20/6/2007 - Líneas: 53 Palabras: 776)


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