AMERICA/MEXICO - Nueva iniciativa para introducir la eutanasia en la ciudad de México. El Cardenal Rivera en contra del suicido asistido y a favor de apoyar lo que es el ‘bien morir’

miércoles, 20 junio 2007

Ciudad de México (Agencia Fides) - Como parte de su agenda anti-vida en la que ya han logrado despenalizar el aborto y equiparar las uniones homosexuales al matrimonio, los diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) presentaron en abril una iniciativa legislativa, con el nombre de Ley de Voluntad Anticipada, para legalizar la eutanasia pasiva en México a enfermos terminales que manifiesten el deseo de someterse a esta práctica, por escrito, ante un notario público y dos testigos y en el caso de que no estén en condiciones de decidir por si mismo, lo podría hacer en su nombre un pariente en primer grado. El pasado fin de semana El ministro de Salud mexicano, José Ángel Cordova, respaldó la propuesta.
El Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo de la ciudad de México se ha manifestado contrario a la eutanasia que signifique el suicidio asistido de un enfermo en fase terminal y se mostró a favor de apoyar lo que es el del bien morir. Destacó que el significado literal de eutanasia es “bien morir, eutanatos, buena muerte”, pero que algunos entienden por buena muerte el suicido asistido.
Además el Cardenal acaba de publicar un libro titulado “El árbol de la vida” que presentó el pasado miércoles y que contiene 12 cartas pastorales en las que reflexiona sobre diversos temas entre ellos la eutanasia, además de la clonación, trasplantes de órganos, manipulación embrional, aborto... En la Carta sobre la eutanasia recuerda que “debe distinguirse la decisión de renunciar al llamado ‘ensañamiento terapéutico’, o sea, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo, por ser desproporcionadas a los resultados que se podrían esperar, o bien por ser demasiadas gravosas para él o su familia. En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitablemente, se puede en conciencia renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares”. Señala además que “el problema del recto uso del término es muy importante, pues a veces se consideran eutanasia cosas que no tienen nada que ver con ella o se meten bajo este nombre casos de simple suicidio”. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados de curación no equivalen al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante la muerte”.
Pero aclaró que para que la Iglesia pueda dar su opinión sobre la Ley de Voluntad Anticipada de acuerdo con los principios evangélicos, habrá que esperar, sin embargo, a que los legisladores hagan pública la Iniciativa de ley. (RG) (Agencia Fides 20/6/2007 Líneas: 32 Palabras: 464)


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