VATICANO - El Papa Benedicto XVI en Asís - “¡Considero un deber lanzar desde aquí un fuerte y apremiante llamamiento para que cesen todos los conflictos armados que ensangrientan la tierra, callen las armas, y por todas partes el odio ceda al amor, la ofensa al perdón y la discordia a la unión!”

lunes, 18 junio 2007

Asís (Agencia Fides) - Una vez concluida la celebración Eucarística en la Plaza inferior de San Francisco de Asís y antes de la oración Mariana del Ángelus el domingo 17 de junio, el Papa Benedicto XVI, dirigió un saludo a los exponentes de las demás confesiones cristianas y de las demás religiones que en 1986 acogieron la invitación de Juan Pablo II a vivir, en la patria de san Francisco, un llamamiento para que cesen los conflictos que ensangrientan el mundo.
“¡Considero un deber lanzar desde aquí un fuerte y apremiante llamamiento - dijo el Papa - para que cesen todos los conflictos armados que ensangrientan la tierra, callen las armas, y por todas partes el odio ceda al amor, la ofensa al perdón y la discordia a la unión! Sentimos aquí, espiritualmente presentes, a todos aquellos que lloran, sufren y mueren a causa de la guerra y de sus trágicas consecuencias, en cualquier parte del mundo. Nuestro pensamiento se dirige de manera particular a Tierra Santa, tan amada por San Francisco, a Irak, al Líbano, a todo Oriente Medio. Las poblaciones de estos países conocen, desde hace, por desgracia, demasiado tiempo, los horrores de los combates, del terrorismo, de la violencia ciega, el espejismo de que la fuerza puede resolver los conflictos, el rechazo a escuchar las razones del otro y de hacer justicia. Solamente un dialogo responsable y sincero - afirmó Benedicto XVI - apoyado por el generoso sostén de la Comunidad internacional, podrá poner fin a tanto dolor y dar vida y dignidad a personas, instituciones y pueblos”.
El Pontífice recordó la vida de Francisco antes de su conversión, hace ocho siglos, y explicó el significado de las etapas de la jornada: “Mi peregrinaje hoy a Asís quiere llamar a la memoria aquel evento para revivir el significado y la portada”. Particularmente, Benedicto XVI citó a San Francisco como el “gran educador de nuestra fe y de nuestra alabanza”, ya que, “enamorándose de Jesucristo él encontró el rostro de Dios-Amor, y se convirtió en un apasionado cantor”. Por último, el Papa pidió a san Francisco, hombre de paz, para que se multipliquen aquellos que aceptan hacerse “instrumento de su paz”, por medio de miles de acciones de la vida cotidiana y para que “cuantos ocupan puestos de responsabilidad estén animados por un amor apasionado por la paz y por una voluntad indómita de alcanzarla, eligiendo medios adecuados para obtenerla.
(S.L.) (Agencia Fides 18/6/2007; Líneas: 31 Palabras: 447)


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