VATICANO - Benedicto XVI en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo: "Como el maná para el pueblo de Israel, así la Eucaristía es para cada generación cristiana el alimento indispensable que la sustenta mientras atraviesa el desierto de este mundo"

viernes, 8 junio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La Eucaristía es el alimento reservado a los que han sido liberados de la esclavitud en el Bautismo y se han convertido en hijos; es el alimento que los sustenta en el largo camino del éxodo por el desierto de la humana existencia. Como el maná para el pueblo de Israel, así la Eucaristía es para cada generación cristiana el alimento indispensable que la sustenta mientras atraviesa el desierto de este mundo, deserto por sistemas ideológicos y económicos que no promueven la vida, antes bien van contra ella; un mundo dónde domina la lógica del poder y el tener antes que la del servicio y del amor; un mundo dónde no raramente triunfa la cultura de la violencia y de la muerte". Son las palabras que el Santo Padre Benedicto XVI ha pronunciado durante la homilía de la Santa Misa que ha presidido frente a la Basílica Lateranense, el jueves 7 de junio, con ocasión de la Solemnidad del Corpus Cristi a la que ha seguido la tradicional Procesión Eucarística hasta la Basílica de Santa Maria La Mayor.
Recordando su Exhortación apostólica post-sinodal "Sacramentum caritatis", el Santo Padre ha recordado que la del Corpus Cristi "es una fiesta singular y constituye una importante cita de fe y alabanza por todas las comunidades cristianas… nació con el objetivo bien preciso de reafirmar abiertamente la fe del Pueblo de Dios en Jesucristo vivo y realmente presente en el santísimo Sacramento de la Eucaristía. Es una fiesta instituida para adorar, alabar y agradecer públicamente al Señor". En esta fiesta se retoma el misterio del jueves Santo: "Los Apostolotes recibieron el don de la Eucaristía del Señor en la intimidad de la última Cena, pero estaba destinado a todos, al mundo entero. He aquí porque debe ser proclamado y expuesto abiertamente, para que todos puedan encontrar a "Jesús que pasa" como sucedía por las calles de Galilea, Samaria y de Judea; para que todos, recibiéndolo, puedan ser curados y renovados por la fuerza de su amor."
El Santo Padre ha subrayado a continuación que "precisamente porque se trata de una realidad misteriosa que supera nuestra comprensión, no debemos maravillarnos de que también hay haya muchos a los que les resulte difícil aceptar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. No puede ser de otro modo.... Entonces como ahora, la Eucaristía es 'signo de contradicción' y no puede no serlo, porque un Dios que se hace carne y se sacrifica a si mismo por la vida del mundo pone en crisis la sabiduría de los hombres. Pero con humilde confianza, la Iglesia hace propia la fe de Pedro y de los otros Apóstoles.... Renovemos pues también nosotros esta tarde la profesión de fe en el Cristo vivo y presente en la Eucaristía".
El pasaje evangélico de la liturgia del día narra el milagro de la multiplicación de los panes y los peces con el que Jesús sació a la muchedumbre, y comentándolo el Papa ha querido subrayar algunos aspectos del mismo: "es deseo del Señor que todo ser humano se alimente de la Eucaristía, porque la Eucaristía es para todos… Cristo se ha inmolado por toda la humanidad. Su paso por las casas y las calles de nuestra Ciudad será para los que allí viven una donación de alegría, de vida inmortal, de paz y de amor… El milagro realizado por el Señor contiene una explícita invitación a ofrecer cada uno la propia contribución. Los cinco peces y los dos panes indican nuestra aportación, pobre pero necesaria, que Él transforma en un don de amor para todos." El Papa ha concluido la homilía con estas palabras: "La fiesta del Corpus Cristi quiere hacer perceptible, a pesar de la dureza de nuestros oídos interiores, la llamada del Señor. Jesús llama a la puerta de nuestro corazón y nos pide entrar, no sólo un día sino para siempre. Acojámoslo con alegría elevando una coral invocación de la Liturgia: "Buen Pastor, verdadero pan, / o Jesús, piedad de nosotros (…) Tú que todo lo sabes y lo puedes, / que nos nutres en la tierra, / conduce a tus hermanos / a la mesa del cielo / en la alegría de tus santos". Amén"! (S.L) (Agencia Fides 8/6/2007 - Líneas: 47 Palabras: 746)


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