VATICANO - Benedicto XVI canoniza 4 Beatos: "Damos gracias a Dios por las maravillas que ha realizado en los Santos, en quienes resplandece su gloria. Dejémonos atraer por sus ejemplos, dejémonos guiar por sus enseñanzas, para que toda nuestra existencia se convierta, como la suya, en un canto de alabanza a la gloria de la Santísima Trinidad”

lunes, 4 junio 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En la solemnidad de la Santísima Trinidad, domingo 3 de junio, el Santo Padre Benedicto XVI ha celebrado la Eucaristía frente a la Basílica Vaticana y ha Canonizado a cuatro Beatos: Giorgio Preca (1880-1962), presbítero, fundador de la Sociedad de la Doctrina Cristiana; Szymon z Lipnicy (1435 ca. -1482) presbítero, de la orden de los Frailes Menores; Karel van Sint Andries Houben (1821-1893), presbítero, de la Congregación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo; Marie Eugénie de Jésus Milleret (1817-1898), fundadora del instituto de las Hermanas de la Asunción.
"Después del tiempo pascual - ha dicho el Papa en la homilía -, después de haber revivido el acontecimiento del Pentecostés, que renueva el bautismo de la Iglesia en el Espíritu Santo, dirigimos por así decir la mirada hacia 'los cielos abiertos' para entrar con los ojos de la fe en las profundidades del misterio de Dios, Uno en la sustancia y Trino en las personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Mientras nos dejamos envolver de este gran misterio, admiramos la gloria de Dios, que se refleja en la vida de los Santos".
Comentando las lecturas de la liturgia dominical, el Santo Padre ha subrayado que la Sabiduría, “que está junto a Dios como ayuda", quiere vivir entre los seres humanos, porque en ellos reconoce la imagen y semejanza del Creador.... La Sabiduría de Dios se manifiesta en el cosmos, en la variedad y belleza de sus elementos, pero sus obras maestras son los santos". En el pasaje de la Carta de San Paolo a los Romanos se encuentra la imagen del amor de Dios "derramada en los corazones” de los santos, es decir, de los bautizados, "a través del Espíritu Santo" que les ha sido donado. "A través de Cristo - ha dicho Benedicto XVI -, nos llega el Espíritu de Dios como principio de vida nueva, 'santa'. El Espíritu pone el amor de Dios en el corazón de los creyentes en la forma concreta que tenía en el hombre Jesús de Nazaret". "En la misma perspectiva, de la Sabiduría de Dios encarnada en Cristo y comunicada por el Espíritu Santo, el Evangelio nos ha sugerido que Dios Padre continua manifestando su diseño de amor a través de los santos… Cada santo participa de la riqueza de Cristo tomada del Padre y comunicada en tiempo oportuno. Es siempre la misma santidad de Jesús, es siempre Él, el “Santo”, a quien el Espíritu plasma en las “almas santas”, formando amigos de Jesús y testigos de su santidad”.
A continuación el Papa Benedicto XVI ha recordado algunos trazos esenciales de la vida de los nuevos Santos. Giorgio Preca, nacido en La Valleta en la isla de Malta, "fue un sacerdote todo entregado a la evangelización: con la predicación, con los escritos, con la guía espiritual y la administración de los Sacramentos y ante todo con el ejemplo de su vida. Alma profundamente sacerdotal y mística, sentía impulsos de amor hacia Dios, hacia Jesús, hacia la Virgen Maria y los Santos"
El polaco Simón de Lipnica, seguidor de San Francisco de Asís, como "es propuesto a la Iglesia hoy modelo actual de un cristiano que - animado por el espíritu del Evangelio - está dispuesto a dedicar su vida a los hermanos. Así, colmado de la misericordia que sacaba de la Eucaristía, no dudo en llevar ayuda a los enfermos que sufrían la peste, contrayendo dicho morbo que también le condujo a él a la muerte".
El sacerdote pasionista Charles of Saint Andrew Houben dedicó toda su vida a la cura de las almas. "Durante sus muchos años de ministerio sacerdotal en Inglaterra e Irlanda, la gente acudía a él buscando su sabio consejo, su extraordinaria cercanía y su intervención capaz de sanar". Tuvo una gran devoción hacia Cristo Crucificado y en sus funerales participó una gran muchedumbre que lo habían ya proclamado santo en su corazón.
Marie-Eugénie Milleret nos recuerda la importancia de la Eucaristía en la vida cristiana y en el crecimiento espiritual". Ella "sintió sobre todo la importancia de transmitir a las jóvenes generaciones, en particular a las chicas, una formación intelectual, moral y espiritual que hiciera de ellas mujeres capaces asumir las responsabilidades de la vida familiar y de ofrecer su contribución a la Iglesia y a la sociedad."
El Santo Padre concluyó la homilía invitando a dar gracias a Dios "por las maravillas que ha realizado en los Santos, en quienes resplandece su gloria. Dejémonos atraer por sus ejemplos, dejémonos guiar por sus enseñanzas, para que toda nuestra existencia se convierta, como la suya, en un canto de alabanza a la gloria de la Santísima Trinidad”. (S.L) (Agencia Fides 4/6/2007, Líneas: 57 Palabras: 830)


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