AMERICA/BRASIL - V Conferencia General de Aparecida - “Convocamos a todos nuestros hermanos y hermanas, para que, unidos, con entusiasmo realicemos la Gran Misión Continental que debe llegar a todos, ser permanente y profunda”: Mensaje final a todos los pueblos de América Latina y del Caribe

viernes, 1 junio 2007

Aparecida (Agencia Fides) - “Al terminar la Conferencia de Aparecida, en el vigor del Espíritu Santo, convocamos a todos nuestros hermanos y hermanas, para que, unidos, con entusiasmo realicemos la Gran Misión Continental. Será un nuevo Pentecostés que nos impulse a ir, de manera especial, en búsqueda de los católicos alejados y de los que poco o nada conocen a Jesucristo, para que formemos con alegría la comunidad de amor de nuestro Padre Dios. Misión que debe llegar a todos, ser permanente y profunda”: es el Mensaje lanzado a los pueblos de América Latina y el Caribe por los Obispos reunidos durante 20 días en el Santuario de Aparecida al termino de la celebración de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
Según afirman los Obispos, en los trabajos han buscado “dar continuidad al camino de renovación recorrido por la Iglesia católica desde el Concilio Vaticano II y en las anteriores cuatro Conferencias Generales”. Recuerdan en primer lugar en su Mensaje que todos los fieles están llamados a ser discípulos, es decir a seguir al Señor por los caminos del evangelio, lo cual exige “una decisión clara por Jesús y su Evangelio, coherencia entre la fe y la vida, encarnación de los valores del Reino, y ser signo de contradicción y novedad en un mundo que promueve el consumismo y desfigura los valores que dignifican al ser humano”. Como discípulos, continua el Mensaje “abrimos caminos de vida y esperanza para nuestros pueblos sufrientes por el pecado y todo tipo de injusticias”.
Además de discípulos todos están llamados también a ser misioneros, y de este modo ser “fuente de renovación de nuestra pastoral en el Continente y nuevo punto de partida para la Nueva Evangelización de nuestros pueblos”. En la V Conferencia se ha reafirmado en este sentido, el compromiso por la formación de discípulos y misioneros para lo cual “se ha propuesto atender con más cuidado las etapas del primer anuncio, la iniciación cristiana y la maduración en la fe”.
“Ser misionero - recuerdan los Obispos - es ser anunciador de Jesucristo con creatividad y audacia en todos los lugares donde el Evangelio no ha sido suficientemente anunciado o acogido, en especial, en los ambientes difíciles y olvidados y más allá de nuestras fronteras”. Piden además ser misioneros no solo con la palabra, “sino sobre todo con la propia vida, entregándola en el servicio, inclusive hasta el martirio”.
Los Obispos, como servidores del pueblo de Dios se comprometen a “defender a los más débiles, especialmente a los niños, enfermos, discapacitados, jóvenes en situaciones de riesgo, ancianos, presos, emigrantes.. a contribuir para garantizar condiciones de vida digna para todos.. a combatir los males que dañan o destruyen la vida, como el aborto, las guerras, el secuestro, la violencia armada, el terrorismo, la explotación sexual y el narcotráfico”, e invitan a los dirigentes de las naciones de América Latina a “a defender la verdad y a velar por el inviolable y sagrado derecho a la vida y la dignidad de la persona humana, desde su concepción hasta su muerte natural”.
“Con el fuego del Espíritu Santo - continua el Mensaje - avancemos construyendo con esperanza nuestra historia de salvación en el camino de la evangelización, teniendo en torno nuestro a tantos testigos (cf. Hb 12,1), que son los mártires, santos y beatos de nuestro continente. Con su testimonio nos han mostrado que la fidelidad vale la pena y es posible hasta el final”.
Concluyen los Obispos su Mensaje manifestando su deseo de “ser una Iglesia viva, fiel y creíble... Vivir nuestro ser cristiano con alegría y convicción... Promover un laicado maduro... Impulsar la participación activa de la mujer... Mantener con renovado esfuerzo nuestra opción preferencial y evangélica por los pobres.... Fortalecer con audacia la pastoral de la familia y de la vida... Valorar y respetar nuestros pueblos indígenas y afrodescendientes”. “¡Que este Continente de la esperanza también sea el Continente del amor, de la vida y de la paz!” concluye le texto. (RG) (Agencia Fides 1/6/2007 Líneas: 49 Palabras: 706)


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