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Gizo (Agencia Fides) - “¡Hemos sobrevivido! No obstante la violenta devastación, estamos recuperándonos poco a poco, luego del terremoto y el tsunami que golpearon la isla”: así reza el Mensaje difundido por Mons. Bernard O’Grady, OP, Obispo de la diócesis de Gizo, isla de las Salomón Orientales fuertemente golpeada por los violentos desastres naturales de inicios del pasado abril. El Obispo agradece a todos los benefactores y a las organizaciones humanitarias que han contribuido a la supervivencia de la población durante los dos meses pasados, en los que el estado de emergencia ha sido realmente fuerte: las familias de la isla han perdido casas y medios de sustentación, hallándose en la más absoluta miseria.
“En la destrucción hemos vivido una experiencia conmovedora: la llegada de la Cruz y del Icono mariano de la Jornada Mundial de la Juventud a Gizo, que han visitado a las familias evacuadas y a las personas que han quedado sin hogar y marcados por el luto”, recuerda el Obispo.
El mensaje continúa: “Ha habido muchísimo dolor y sufrimiento en la diócesis. Nuestros jóvenes se han comprometido enormemente transportando arroz para alimentar a los refugiados, y limpiando los campos”. El Director de la Pastoral Juvenil diocesana, Joseph Lalaubatu agregó: “Alentamos a todos nuestros jóvenes a seguir con su entusiasta participación en el proceso de reconstrucción de la diócesis, en sus comunidades y especialmente en sus familias”.
El Obispo hace notar también que, luego del desastre, la solidaridad ha sido muy grande incluso entre las víctimas: “Todos han trabajado unidos y han compartido lo que les quedaba. Todos han rezado al Señor Resucitado”.
Ahora se inicia una nueva fase, afirma Mons. O’Grady: “Estamos al inicio del programa de reconstrucción. Vemos de algún modo nuestra propia Resurrección. Mientras se acerca Pentecostés, la Iglesia renace y renace también nuestra diócesis. Estamos profundamente agradecidos con todos aquellos que nos han estado ayudando durante la emergencia, con alimentos y bienes de primera necesidad para el sustento inmediato. Ahora necesitamos una ayuda ulterior para la reconstrucción de casas, edificios, pueblos. En esta fase la Diócesis trabajará unida a Caritas Internationalis”.
Las familias están todavía refugiadas y viviendo en lugares provisionales. El Obispo concluye: “No sabemos cuánto nos tomará volver a la normalidad, pero hay mucha buena voluntad de parte de todos. Y con la ayuda de Dios, todo volverá a florecer. ¡Os pedimos que estéis cerca de nosotros también con la oración!” (PA) (Agencia Fides 22/5/2007; líneas 34, palabras 424)
