VATICANO - “Solamente de una relación ordenada de los tres perfiles irrenunciables del desarrollo -económico, social y humano- puede nacer una sociedad libre y solidaria”: el Papa a los participantes en el Convenio Internacional promovido por la Fundación “Centesimus Annus - Pro Pontifice”

lunes, 21 mayo 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El compromiso fundamental que caracteriza la Fundación “Centesimus Annus - Pro Pontifice”, es decir la profundización de los aspectos más actuales de la doctrina social de la Iglesia en referencia a las problemáticas y desafíos más urgentes de hoy en el mundo, ha sido objeto del Convenio Internacional promovido por la Fundación, cuyos participantes fueron recibidos en audiencia por el Santo Padre Benedicto XVI, el sábado 19 de mayo, al final de la mañana, en el Palacio Apostólico Vaticano. Agradeciendo por el aporte ofrecido por la Fundación al Papa para que pueda responder a los tantos pedidos de ayuda que le llegan de todas partes del mundo, y por el compromiso mostrado en las actividades de la Asociación, Benedicto XVI propuso algunas reflexiones sobre el tema social que inspiraron los trabajos del Convenio. “Habéis... analizado bajo el perfil económico y social el cambio que se viene dando en los Países ‘emergentes’, con las respectivas repercusiones de carácter cultural y religioso. Particularmente, habéis dirigido vuestra atención a las naciones de Asia caracterizadas por fuertes dinámicas de crecimiento económico, que no siempre comportan un desarrollo social verdadero, y aquellas de África, donde, lamentablemente, el crecimiento económico y el desarrollo social se encuentran con muchos obstáculos y desafíos”.
“Aquello de lo que estos pueblos, así como aquellos del resto del planeta, necesitan es sin lugar a dudas un progreso social y económico harmónico y con dimensión realmente humana” destacó el Papa citando la Encíclica Centesimus annus. “La atención a las verdaderas exigencias del ser humano, el respeto de la libertad de toda persona, la búsqueda sincera del bien común son los principios inspiradores que debe estar presentes cuando se planifica el desarrollo de una nación. Lamentablemente esto no siempre sucede.” Entre los “dramáticos desequilibrios” de la sociedad actual, Benedicto XVI citó el incremento sostenido de las tasas de crecimiento económico, las problemáticas relacionadas al progreso moderno, sin excluir la elevada contaminación y el irresponsable consumo de los recursos naturales y ambientales, y concluyó diciendo: “solo un proceso de globalización atento a las exigencias de la solidaridad puede asegurar a la humanidad un futuro de auténtico bienestar y de paz estable para todos”.
Al final de su discurso, el Santo Padre alentó a los participantes de la audiencia a proseguir en el compromiso de resolver estas amplias problemáticas a la luz de la Doctrina social de la Iglesia, a promover la cultura de la solidaridad y a favorecer un desarrollo económico atento a las reales expectativas de los individuos y de los pueblos. “Mientras os aliento a proseguir en este compromiso, quisiera resaltar que solo de una relación ordenada de los tres perfiles irrenunciables del desarrollo -económico, social y humano- puede nacer una sociedad libre y solidaria”. (S.L.) (Agencia Fides 21/5/2007 - líneas 37, palabras 501)


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