ASIA/PAKISTÁN - Alta tensión institucional y desordenes sociales: dura represión del ejército

martes, 15 mayo 2007

Karachi (Agencia Fides) - Se respira un aire de tensión en Pakistán, sobre todo en la ciudad de Karachi. La ciudad se ha visto sacudida en los días pasados por desordenes y manifestaciones de protesta contra el Presidente del Pakistán el general Pervez Musharraf por su decisión de licenciar al Presidente de la Corte Suprema Iftkkhar Chaudhry, conocido sobre todo por su posición a favor de la legalidad. La oposición convocó para el día de ayer una huelga general a la que se han adherido los ciudadanos de las principales ciudades pakistaníes: Karachi, Lahore, Peshawar, Rawalpindi e Islamabad, con la intensión de protestar sobre todo contra la dura represión del ejército en relación a los manifestantes de los últimos días. Debido a la huelga general muchas oficinas públicas, instituciones, escuelas, tiendas comerciales y otras actividades han permanecido cerradas.
A esto se ha sumado el día de ayer el asesinato del un alto funcionario de la Corte Suprema, Syed Hamid Raza, considerado muy cercano a Chaudhry y testigo en muchos casos, lo que ha agudizado las tensiones sociales. Por primera vez desde que Musharraf subió al poder en 1999, con un golpe de estado, una huelga afecta la nación de manera tan extendida. Particularmente tensa es la situación en Karachi donde las manifestaciones de protesta a favor de Chaudhry, que se ha hecho presente en la ciudad, han sido reprimidas con violencia por la policía gobernativa y por el “Movimiento Muttahida Qaumi” filo gobernativo y dueño absoluto de la metrópoli.
Los obispos del Pakistán han condenado la violencia reclamando una solución pacífica de la crisis, mientras que la Comisión Justicia y Paz ha realizado una campaña de sensibilización de la ciudadanía en favor de la legalidad, de la transparencia y de la democracia.
En un reciente seminario en el que han participado distintas realidades de la sociedad civil pakistaní, entre las cuales organizaciones católicas y de otras confesiones religiosas, se confirmó la urgencia de recuperar la visión originaria de nación heredada del Padre de la Patria Ali Jinnah que entendía al Pakistán como una nación abierta, democrática, tolerante, pluralista y laica capaz de ofrecer también derecho de ciudadanía a las minorías y que se basa en instituciones democráticas, en la división de poderes y en una Carta Constitucional. Abandonando así los abusos de las fuerzas militares y el virus del integralismo religioso. (PA) (Agencia Fides 15/5/2007 líneas 29 palabras 402)


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