AMERICA/GUATEMALA - “La defensa de la vida es un apremiante desafío que sólo podrá afrontarse victoriosamente, si se realiza desde un profundo sentido de fe”: Carta Pastoral de los Obispos

lunes, 14 mayo 2007

Guatemala (Agencia Fides) - “La defensa de la vida tiene carácter de urgencia en Guatemala” afirman los Obispos de Guatemala en una Carta Pastoral titulada “La Gloria de Dios es la vida del hombre” en la que ante la cultura de la muerte en la que se encuentra el país, invitan a todos los fieles católicos y a todas las personas de buena voluntad a una reflexión profunda sobre el valor de la vida humana para poder así hacer frente uno de los desafíos más graves del siglo XXI.
Comienzan los Obispos recordando la dignidad de la vida humana y su carácter sagrado porque “es Dios quien la ha creado” y, por tanto, “debemos respetarla y cuidarla como el más grande bien recibido del Creador”. Sin embargo el panorama actual en el país está muy lejos de este respeto de la vida humana. “En nuestra patria las distintas formas de violencia y los atentados que se cometen contra la vida humana son diversos y múltiples, pero a todos los unifica una misma lógica destructiva, una misma maldad, que atenta contra la vida de muchísimos guatemaltecos y degrada a los que la promueve”, se lee en el texto. Esta cultura de la muerte tiene numerosas manifestaciones como son en primer lugar la “pobreza que atenaza a la mayoría de la población en un marco de enorme desigualdad social”. Según datos de la UNICEF en Guatemala, el 49.3% de los niños menores de 5 años padece desnutrición crónica, ocupando el primer lugar en América Latina en el área de desnutrición crónica y el sexto lugar a nivel mundial. Además “las condiciones económicas no generan oportunidades de empleo suficientes para absorber a quienes llegan a la edad adulta y desean obtener un empleo”, lo que alimenta la emigración cada día más numerosas. También recuerdan el gran problema del aumento del consumo de estupefacientes sobre todo entre adolescentes y jóvenes y la tentación de muchos campesinos que viven en una profunda pobreza de dedicarse a la siembra de droga. A esto se une además el deterioro institucional, causado por la corrupción y la impunidad.
Pero el principal flagelo que afecta a la población, constatan los Obispos, es la violencia inmisericorde y los atentados contra la vida digna del pueblo, como son el aborto, la eutanasia, los asesinatos continuos. Recuerdan también los Obispos que con la aprobación de la llamada “Ley de acceso Universal y equitativo de servicios de planificación familiar” se busca solucionar el problema social “con leyes que comprometen el sentido humano y cristiano del amor, de la sexualidad y la transmisión responsable de la vida”. Además “el riesgo de traspasar los límites morales en nombre del egoísmo, del placer desordenado se ve aumentado por el influjo negativo de muchos medios de comunicación social”, afirman los Prelados.
Antes estas circunstancias, continua la Carta “la defensa de la vida es un apremiante desafío que sólo podrá afrontarse victoriosamente, si se realiza desde un profundo sentido de fe”. Además recuerdan los Obispos que “para defender la vida se requiere un diagnóstico claro de las amenazas que la acechan y una aceptación firme de principios morales para afrontar esas amenazas desde la fe cristiana”. Esta defensa debe comenzar en la familia ‘santuario de la vida’. Y la iglesia “con su presencia benéfica en todos los estratos de la sociedad no puede renunciar a su clara misión de ser fiel defensora de la vida”. (RG) (Agencia Fides 14/5/2007 Líneas: 41 Palabras: 597)


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