VATICANO - Congreso internacional en el 50° de la Encíclica “Fidei Donum” - “Que con el continuo aliento del magisterio, pueda surgir en las jóvenes Iglesias una nueva ola de entusiastas misioneros “Fidei Donum”, incluso si este modelo no podrá jamás convertirse en la norma de la futura missio ad gentes”

viernes, 11 mayo 2007

Roma (Agencia Fides) - Su Exc. Mons. Hubert Bucher, Obispo de Bethlehem (Sudafrica) intervino durante la segunda jornada de trabajos del Congreso, jueves 10 de mayo, presentando una relación sobre “Elementos para reconfigurar la identidad de los Fidei Donum” y “Recorridos formativos”. El Obispo de Bethlehem propuso sobre todo algunos motivos de reflexión evaluando la experiencia de los Fidei Donum y preguntándose si este sujeto pueda eventualmente convertirse en “la norma para la missio ad gentes de la Iglesia”. “Las órdenes y las congregaciones religiosas, así como los institutos misioneros, están reclutando en modo masivo a sus miembros en las jóvenes Iglesias - dijo Mons. Bucher-. Sobre los institutos misioneros en particular, estos se sentirán ciertamente obligados a continuar persiguiendo el fin para el cual fueron fundados. Así, el liderazgo de la Iglesia continuará sin duda apoyándose a ellos para dirigir la missio ad gentes… No obstante yo comparta la esperanza de ver surgir la aurora de una nueva era misionera… considero que no podemos cerrar los ojos frente a la terrible caída de las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa que ha golpeado a la Iglesia en el hemisferio septentrional a lo largo de los 50 años que han pasado desde la promulgación de la encíclica “Fidei Donum”… Existe, naturalmente, una realidad consolante: un rápido aumento de las vocaciones en la mayor parte de las zonas del hemisferio meridional, donde la Iglesia dispone de una presencia significativa, con cifras verdaderamente sorprendentes en algunos países, especialmente en África. No es aún cierto que esta primavera de vocaciones llevará realmente a un gran número de sacerdotes diocesanos de estos países a convertirse en entusiastas misioneros “Fidei Donum” ad gentes… Se puede esperar que, con el continuo aliento del magisterio, pueda surgir en las jóvenes Iglesias en el hemisferio meridional una nueva ola de entusiastas misioneros “Fidei Donum”, incluso si este modelo no podrá jamás convertirse en la norma de la futura missio ad gentes”.
Tras haber retomado algunas indicaciones del Concilio y del Magisterio de los Pontífices sobre la actividad misionera de la Iglesia, el Obispo de Bethlehem indicó algunos elementos para una reestructuración de los programas formativos de los futuros sacerdotes “Fidei Donum”. Desde el momento que, bajo muchos aspectos, no se han realizado aún las grandes expectativas de los Padres del Concilio Vaticano II, el Obispo se detuvo en la calidad de la formación impartida en los seminarios y en los centros de formación religiosa, donde tras los cambios sociales y culturales de los últimos 40 años, desapareció “una seria teología de la cruz y del sacrificio, para no hablar de la ascética. Lo mismo ha sucedido en muchas congregaciones religiosas, conduciendo en varios casos a su casi total extinción. De tal situación es difícil esperar que de la Iglesia provenga un gran número de misioneros sólidamente formados”. Hoy en día el objetivo debería ser el de “conservar cuanto de positivo se ha producido tras el Concilio en la Iglesia y en la teología, eliminando aquellos elementos que fueron introducidos por una comprensión equivocada del “espíritu del Concilio” y restaurando, al mismo tiempo, todo aquello que es suprimido a nombre del mismo ‘espíritu’”.
Mons. Bucher quiso tomar en consideración tres términos que debería ser puestos a un atento examen, “para hacer resurgir en la Iglesia aquel despliegue misionero que constituye una de sus características esenciales, pero que, por admisión del mismo Papa Juan Pablo II, se ha debilitado fuertemente”. Los tres términos son: ecumenismo, dialogo e inculturación. Entre las numerosas observaciones al respecto, el Obispo de Bethlehem destacó la “gran cantidad de grupos eclesiales - para usar una expresión gentil, pues muchos de ellos tienen bien poco de cristianos- que están pululando en los países de las jóvenes Iglesias, y que no se pueden contar entre las llamadas “iglesias principales”. ¡Solo en Sudáfrica se cuentan seis mil!” y que necesitan de una adecuada preparación por parte de los futuros sacerdotes; “para que la Iglesia encuentre su despliegue misionero será absolutamente necesario que nuestros futuros misioneros - sean Fidei Donum o miembros de las congregaciones religiosas e institutos misioneros- mientras se comprometen en el diálogo interreligioso, crean también firmemente que la Iglesias es sacramento universal de salvación que tiene, en el plan de Dios una relación indispensable con la salvación de cada ser humano”; “Será necesario introducir cursos de antropología social en los programas de nuestros seminarios. Con su ayuda, en un primer momento se podrán realizar sistemáticamente los sistemas de creencias religiosas autóctonas y, se podrán confrontar los elementos principales - como por ejemplo la brujería, la magia, la veneración de los antepasados- con el kerygma, como nos ha sido transmitido desde los tiempos apostólicos. Al menos en África, la antropología social debería, en tal modo, desarrollar el rol de una ancilla Theologiae”. (S.L.) (Agencia Fides 11/5/2007; líneas 60, palabras 839)


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