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Seul (Agencia Fides) - La iglesia coreana quiere estar en primera línea en la defensa de los derechos y la dignidad de los refugiados y de los emigrantes: lo ha subrayado Mons. Vincent Ri Pyung-ho, Obispo de Jeonju y Presidente de la Comisión Episcopal para el Cuidado de los Inmigrantes y de los Itinerantes, en un mensaje difundido en días pasados a toda la comunidad católica coreana.
El obispo ha recordado las grandes cifras del fenómeno de la inmigración, que hablan de más de un millón de inmigrantes y de más de 160.000 familias multiculturales presentes en Corea. Recordó también cómo en otras iglesias occidentales existen algunas órdenes religiosas que se ocupan específicamente, por su carisma, del cuidado pastoral de los inmigrantes, como la Congregación de los Misioneros Escalabrinianos (entre las órdenes masculinas) y la Congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo entre las órdenes femeninas, ambas fundadas por Juan Bautista Scalabrini, beatificado y proclamado patrono mundial de los inmigrantes. Por tanto, el obispo ha exhortado a los fieles de Corea a ser un buen ejemplo de acogida respecto a los inmigrantes y refugiados.
La comunidad católica coreana también se está desviviendo en concreto por el problema de las mujeres inmigrantes en Corea del Sur procedentes de otros países de Asia, víctimas de la prostitución o de abusos y violencia en el seno familiar, plaga difundida en algunas partes del país, a través de numerosos centros para la pastoral de inmigrantes y casas de acogida. Muchas mujeres, provenientes de Filipinas, Bangladesh, China y otros países, se casan con hombres coreanos, especialmente en las áreas rurales. Pero tienen dificultades para integrarse en el contexto lingüístico y cultural, perciben las diferencias raciales, en muchos casos sufren violencia doméstica, física y psicológica, o terminan en el mundo de la prostitución. (P.A.) (Agencia Fides 7/5/2007 Líneas: 25 Palabras: 320)
