ASIA/SRI LANKA - Las Naciones Unidas hacen un nuevo llamado a detener el conflicto que implica a civiles con desastrosas consecuencias alimentarías para los más débiles

viernes, 13 abril 2007

Colombo (Agencia Fides) - Una dramática escasez de alimentos que pone en riesgo a más de doscientos mil civiles, el turismo desaparecido, las actividades económicas paralizadas, la educación de los jóvenes en ruinas y la esperanza de la gente destruida. Éstas son algunas de las consecuencias del grave conflicto civil que asola a Sri Lanka y que reclama una urgente tregua para poder recomenzar las negociaciones. Las Naciones Unidas han hecho un nuevo llamado a favor de la paz y la reconciliación en Sri Lanka, devastada por una violencia que ha continuado a agravarse hasta llegar a ser un “conflicto de alta intensidad” con enfrentamientos continuos, bombardeos, atentados, victimas civiles y con grandes masas de refugiados. Desde 1983 la violencia se ha cobrado 68,000 víctimas en la isla entre militares, civiles y rebeldes. Y sólo en los últimos 15 meses la cifra es de 4,000 muertos en enfrentamientos por tierra y por mar con incursiones aéreas cada vez más frecuentes, y los observadores prevén un agravarse de la situación.
Las consecuencias de la reanudación de la guerra son desastrosas afirma la ONU. El Programa de Alimentación Mundial (PAM) de las Naciones Unidas ha advertido que las reservas de alimentos destinadas a los centenares de miles de refugiados de Sri Lanka oriental se agotarán a finales de abril. En este momento son más de 160 mil los civiles evacuados en el distrito oriental de Batticaloa mientras que los militares y los rebeldes Tamil (del “Liberation Tigers of Tamil Eelam”, LTTE) continúan combatiendo. Los campos de refugiados de dicho distrito están por encima de su capacidad, los servicios higiénicos son insuficientes y los alimentos de primera necesidad cada vez más escasos. Las agencias humanitarias no logran afrontar una emergencia de tan enormes proporciones. El PAM está distribuyendo alimentos a casi 60,000 personas en los campos del distrito de Batticaloa además de atender a otras 300,000 personas en otros distritos.
Entre las agencias que están prestando su ayuda se encuentra el Jesuit Refugee Service de Sri Lanka quién ha informado que en los últimos meses más de 40,000 personas han escapado de la provincia de Jaffna y otras 80,000 se preparan a hacer lo mismo.
En los días anteriores también la Caritas de Sri Lanka —comprometida con la ayuda humanitaria— hizo un llamado para que las negociaciones vuelvan a comenzar y cesen las hostilidades, al mismo tiempo que pedía un mayor atención y compromiso de parte de la comunidad internacional para poder encontrar una mediación en el conflicto de Sri Lanka que detenga la violencia ciega e indiscriminada.
Por su parte los Obispos del país, con ocasión de la Pascua de 2007, han lanzado un llamado a la paz y reconciliación recordando que estas son “las aspiraciones más profundas de nuestra gente” y pidiendo una “radical transformación que lleve a cambiar los comportamientos, calme la rebelión interior de los corazones y así, a través de una sincera voluntad política, se pueda iniciar un proceso de paz que permita un acuerdo político. Es la condición para una nueva era de paz en el país”. (PA) (Agencia Fides 13/4/2007 líneas 37 palabras 535)


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