ASIA/CHINA - Los católicos chinos viven la Santa Pascua con alegría y emoción. Un sacerdote de Pekín: “He perdido la voz entre las confesiones, celebraciones y la preparación de los ritos. Estamos muy cansados pero también muy contentos pues hemos podido recoger los frutos de la evangelización gracias a Cristo Resucitado”

miércoles, 11 abril 2007

Pekín (Agencia Fides) - La alegría y la emoción han sido las notas saltantes de la Santa Pascua de la comunidad católica china. “Alegría porque Cristo, después de tantos sufrimientos y de una dolorosa pasión, ha resucitado. En Él vemos reflejada nuestra experiencia de fe y nos da esperanza. Emoción al ver tantos nuevos miembros de la familia cristiana y el celo de los católicos. Todo esto ha sido verdaderamente conmovedor además de darnos consuelo y fuerzas para poder acompañar la Nueva Evangelización”. Con estas conmovedoras palabras un sacerdote de Pekín refería a la Agencia Fides como han vivido los católicos chinos la Santa Pascua. Cansado por las celebraciones, como se podía percibir fácilmente en su voz, el sacerdote continua con su testimonio: “He perdido la voz, como muchos otros sacerdotes, entre las confesiones, celebraciones y la preparación de los ritos. Estamos muy cansados pero también muy contentos pues hemos podido recoger los frutos de la evangelización gracias a Cristo Resucitado”.
En algunas zonas rurales las celebraciones han durado hasta cinco o seis horas, “pero desde el inicio hasta el final no hemos sentido el cansancio, sólo había alegría —nos cuenta el sacerdote—. Después de los ritos los fieles se quedaban en el patio de la iglesia para comer sus huevos de Pascua (huevos duros pintados) o la cena (después de la Vigilia Pascual) o el almuerzo (el día de Pascua). En muchas parroquias, después de la Vigilia, concluida entre la una y las dos de la mañana, muchos ancianos se quedaron rezando el rosario hasta el amanecer para poder participar también en la primera Misa solemne del día de Pascua. ¡Los fieles nos han conmovido! En las iglesias se han visto hombres de todas las edades, ancianos, jóvenes, niños y trabajadores inmigrantes, algunos aún con su equipaje. Se ayudaban mutuamente y se creaba una atmósfera de familia y comunión entre todos. Su fe nos empuja siempre adelante también a nosotros sacerdotes, siempre adelante...”.
El sacerdote narra también la alegría por los numerosos ingresos en la comunidad cristiana, en su mayor parte adultos: “Nuestros catecúmenos y neo bautizados son cada vez más numerosos y más instruidos. Muchas familias completas se bautizan. Tenemos gente de todas las edades. Y sobre todo su fe es más sólida porque muchos han pasado por una larga búsqueda espiritual incluso en otras religiones. Al final han descubierto en Jesucristo el Camino, la Verdad y la Vida en modo absoluto. Su fe es profunda y sólida. Esto representa además un nuevo desafío pastoral y evangelizador para la Iglesia ya que los neófitos son muy estrictos en temas de fe y exigen de la Iglesia y de los fieles coherencia de vida”. El sacerdote concluye su testimonio con una nota de esperanza: “Sólo en la parroquia del Santísimo Salvador de Pekín se han bautizado más de 150 personas. También en otras parroquias los bautizos han sido numerosos. Esto nos ayuda a ver el futuro con la alegría del Cristo Resucitado y del Espíritu Santo, aguardando con esperanza la carta pastoral del Santo Padre Benedicto XVI”. (NZ) (Agencia Fides 11/04/2007 Líneas: 39 Palabras: 559)


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