AMERICA/MEXICO - “Que ningún mexicano se atreva a atentar contra la vida de un ser humano que se gesta en el vientre de su madre”: el Card. Norberto Rivera recuerda la exhortación de Juan Pablo II en defensa de la vida y contra el aborto

martes, 3 abril 2007

Ciudad de México (Agencia Fides) - “Es necesario repetir con fuerza, y lo hacemos hoy, en nombre de la Iglesia, que es inmoral recurrir al aborto en cualquiera de sus formas, recomendarlo, colaborar con el y que con eso se es cómplice de una acción gravemente inicua”: es el fuerte llamamiento lanzado por el Cardenal Primado de México, Norberto Rivera junto con toda la Curia Arzobispal en defensa de la vida a pocos días de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal debata la ley para ampliar las causas del aborto. Durante la misa del Domingo de Ramos, el Cardenal defendió enérgicamente el derecho de la Iglesia a manifestar su opinión públicamente especialmente ante las amenazas o los ataques contra la vida, a la vez que pidió a los fieles laicos actuar y proclamarse a favor del derecho de vivir. “Si tenemos que actuar y proclamar la existencia de esta vida que hemos recibido de Dios Nuestro Padre que así sea”, afirmó el Cardenal, recordando que “la Iglesia está en contra de este y otros crímenes que atentan contra la vida como los homicidios de cualquier género, los genocidios, el aborto, la eutanasia y el mismo suicidio voluntarios”. Así mismo invitó a todos a sumarse a la cultura de la vida y a convertirse y actuar como defensores y propagadores de la vida.
Al termino de la Misa, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, Mons. Marcelino Hernández, dio lectura a una declaración de todo el Consejo Episcopal en favor de la vida, “en este momento en que nuestra sociedad discute un tema de tanto relieve social y moral, como es la legalización del aborto, apelando con ello a la conciencia de todos”. Los Obispos, recuerdan que “todo hombre ha sido confiado a la solicitud materna de la Iglesia y, por ello, cada amenaza a la vida del hombre y a su dignidad no puede no resonar en su corazón y no puede no involucrarla en su misión de servir al hombre”. Se recuerda a continuación que el valor de la vida no es sólo un valor religioso, “sino fundamentalmente, un valor humano que debe ser reconocido y protegido por las leyes de una sociedad democrática”. El Cardenal y los Obispos de la Arquidiócesis aseguran comprender la angustia y la desesperación de quienes se sienten abandonadas y llegan a pensar que la única solución posible es eliminar al pequeño que se gesta en su vientre, pero consideran “una violencia mayor el abandonarla todavía más haciéndola responsable de un acto que la marcará irremediablemente llenándola de mayor angustia y desesperación”.
“Debe ser motivo de grande preocupación para todos - continua la declaración - que en nombre de los derechos de la libertad individual, se pretenda justificar no sólo la impunidad, sino incluso la autorización de parte del Estado para practicar con absoluta libertad y con la intervención gratuita de los servicios de salud pública, delitos contra la vida humana inocente”. Concluyen los Obispos recordando una exhortación del Siervo de Dios, Juan Pablo II: “Que ningún mexicano se atreva a atentar contra la vida de un ser humano que se gesta en el vientre de su madre”. (RG) (Agencia Fides 3/4/2007 Líneas: 37 Palabras: 569)


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