VATICANO - Intervención del Arzobispo Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante la oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, sobre la libertad religiosa.

sábado, 31 marzo 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “La Delegación de la Santa Sede observa con preocupación el surgir de un aparente dilema entre el respeto debido a las religiones y el derecho a la libertad religiosa como si fueran incompatibles y se excluyeran mutuamente. Por el contrario, son complementarios y no pueden subsistir uno sin el otro” afirmó el Arzobispo Silvano M. Tomasi, Nuncio Apostólico y observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas en Ginebra en un discurso sobre la libertad religiosa con ocasión de la IV Sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos.
“A lo largo de la historia —dijo Mons. Tomasi— se han dado deplorables episodios de fanatismo religiosos con trágicos resultados sociales. Sin embargo las religiones son uno de los factores sociales que, junto con la ciencia, han contribuido mayormente al progreso de la humanidad a través de la promoción de valores culturales, artísticos, sociales y humanitarios. Por lo tanto toda religión que predica o tolera la violencia, la intolerancia y el odio se hace indigna de ese nombre”. A continuación el Arzobispo señalo que “el respeto a la persona humana y a su dignidad implica el respeto de su libertad en material religiosa, de profesar, practicar y manifestar públicamente la propia religión, sin ser obstaculizado, insultado o discriminado. Respetar la religión significa respetar a quienes han elegido seguirla y practicarla libre y pacíficamente, en privado y en público, individual y colectivamente”
Siguiendo con su intervención el Observador Permanente de la Santa Sede afirmó: “El sujeto de la religión y el sujeto de la libertad es siempre la persona humana, cuya dignidad está al origen de los derechos fundamentales. El respeto por las religiones está basado en última instancia en el respeto debido a todos los que, en el ejercicio de su libertad, la siguen y la practican”. El respeto debido a las religiones debe encontrar su fundamento explícito en el derecho a la libertad religiosa y en el derecho de expresión, sin embargo, como señalo Mons. Tomasi, “no se puede considerar la ridiculización de lo sagrado como ejercicio del derecho de libertad”. Concluyo el Arzobispo poniendo de relieve que “un Estado auténticamente democrático valora la libertad religiosa como un elemento fundamental del bien común, digno de respeto y protección, y crea las condiciones que permitan a sus ciudadanos vivir y actuar libremente”. (S.L.) (Agencia Fides 31/3/2007; líneas 30; palabras 418)


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