VATICANO - Mensaje del Papa Benedicto XVI al IX Forum internacional de Jóvenes: “Hoy, más que nunca, es necesario y urgente proclamar el ‘Evangelio del trabajo’, vivir como cristianos en el mundo del trabajo y ser apóstoles entre los trabajadores”

sábado, 31 marzo 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre Benedicto XVI ha subrayado la necesidad de “valorizar la dimensión humana del trabajo y de tutelar la dignidad de la persona”, en cuanto “la referencia última de toda actividad humana es el hombre creado a imagen y semejanza de Dios” en su Mensaje enviado al Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, S.E.R. Mons. Stanisław Ryłko y a los participantes del IX Forum internacional de Jóvenes sobre el tema “Testimonios de Cristo en el mundo del trabajo”, que se está realizando en Rocca di Papa (ver Fides 21/3/2007).
Haciendo notar la actualidad del tema escogido por el Pontificio Consejo, el Santo Padre ha evidenciado las numerosas transformaciones de los últimos tiempos “que han modificado radicalmente la fisonomía y las condiciones del mercado del trabajo. Los progresos realizados, si bien han traído nuevas esperanzas a los jóvenes, también es cierto que han creado en ellos formas preocupantes de marginación y explotación creando una situación de malestar personal”. Aumentan las dificultades para obtener un trabajo que responda a las actitudes personales y a los estudios realizados, a lo que habría que sumar la incertidumbre de poder mantener en el tiempo incluso un trabajo modesto. “El proceso de globalización en acto en el mundo a traído consigo una exigencia de movilidad que obliga a numerosos jóvenes a emigrar y a vivir lejos del país de origen y de la propia familia. Esto genera en muchos una inquietante sensación de inseguridad, con ineludibles repercusiones en la capacidad, no sólo de imaginar y poner en obra un proyecto para el futuro, sino incluso en la capacidad para comprometerse concretamente en el matrimonio y en la formación de una familia”.
Desde siempre la Iglesia mantiene una atención constante a las cuestiones sociales, en especial al mundo del trabajo, como dan testimonio en particular las tres Encíclicas “Rerum novarum” (1891), “Quadragesimo anno” (1931) y la “Laborem exercens” (1981). “Estos documentos pontificios —afirmó el Papa Benedicto XVI— invitan con insistencia a valorar la dimensión humana del trabajo y a tutelar la dignidad de la persona. En efecto, la referencia última de cualquier actividad humana no puede ser sino el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios. Un análisis profundo de la situación conduce a constatar que el trabajo entra en el proyecto de Dios sobre el ser humano y que éste es participación en su obra creadora y redentora. Y por lo tanto, toda actividad humana debería ser una ocasión de crecimiento para el hombre y para la sociedad, al mismo tiempo que un momento para desarrollar los ‘talentos’ personales valorizándolos y poniéndolos al servicio del bien común, en espíritu de justicia y de solidariedad. Además, para los creyentes la finalidad última del trabajo es la construcción del Reino de Dios”.
Después de haber invitado a los jóvenes participantes del Forum “a atesorar el diálogo y la reflexión de estos días” el Papa Benedicto XVI afirmó: “Hoy más que nunca es necesario y urgente proclamar ‘el Evangelio del trabajo’, vivir como cristianos en el mundo del trabajo y ser apóstoles entre los trabajadores. Pero para cumplir esta misión es necesario permanecer unidos a Cristo con la oración y con una intensa vida sacramental y, por lo tanto, valorizar de manera especial el Domingo, que es el día dedicado al Señor”. Finalmente el Santo Padre exhortó a los jóvenes “a no desalentarse ante las dificultades” y los invitó a participar en la solemne celebración del Domingo de Ramos en la Plaza San Pedro y de la XXII Jornada Mundial de la Juventud. Haciendo referencia al mensaje enviado con esta ocasión el Papa concluyo diciendo: “No cuenta sólo llegar a ser más ‘competitivos’ y ‘productivos’ es necesario ser ‘testimonios de la caridad’. Sólo así, con la ayuda de las respectivas parroquias, movimientos y comunidades, donde es posible tener la experiencia de la grandeza y de la vitalidad de la Iglesia, los jóvenes de hoy serán capaces de vivir el trabajo como una vocación y una auténtica misión”. (S.L.) (Agencia Fides 31/3/2007, líneas 48, palabras 706)


Compartir: