VATICANO - San Ignacio de Antioquía nos invita a todos "a una síntesis progresiva entre configuración con Cristo y entrega a su Iglesia”: catequesis del Papa Benedicto XVI en la audiencia general

jueves, 15 marzo 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - San Ignacio, tercer Obispo de Antioquía, en la actual Turquía, del 70 al 107, fecha de su martirio, ha sido el segundo de los Padres Apostólicos, después de San Clemente, sobre el que ha hablado el Papa Benedicto en su catequesis durante la audiencia general del 14 de marzo. Como transmiten los Hechos de los Apóstoles, en Antioquía surgió una floreciente comunidad cristiana, de la que fue primer Obispo el apóstol Pedro. El Santo Padre ha recordado el testimonio de Eusebio de Cesárea, un historiador del siglo IV, quien hablando de la vida y obra literaria de Ignacio, recuerda que éste fue mandado a Roma "para ser pasto de fieras, a causa del testimonio que dio de Cristo". Durante su viaje hacia el lugar del martirio, Ignacio animaba y reforzaba las comunidades que encontraba en el camino, exhortándolas a no caer en las herejías y a mantenerse fieles a la Tradición Apostólica. Su primera etapa fue en Esmirna, dónde escribió cuatro cartas; luego en Troade envió nuevas cartas a las Iglesias de Filadelfia y Esmirna y a una al Obispo Policarpo. "Leyendo estos textos - ha notado el Papa - se siente la frescura de la fe de la generación que todavía había conocido a los apóstoles. Se siente también en estas cartas el amor ardiente de un santo". Llegado a Roma, Ignacio fue dado en pasto a las fieras en el anfiteatro Flavio.
"Ningún Padre de la Iglesia ha expresado con la intensidad de Ignacio el anhelo por la unión con Cristo y por la vida en Él" ha subrayado Benedicto XVI, recordando como Ignacio suplicara a los cristianos de Roma que no impidieran su martirio, porque estaba impaciente por "unirse con Jesucristo". "Para Ignacio, la unidad es ante todo una prerrogativa de Dios, que existiendo en tres Personas es Uno en una absoluta unidad. Repite con frecuencia que Dios es unidad y que sólo en Dios ésta se encuentra en el estado puro y originario. La unidad que tienen que realizar sobre esta tierra los cristianos no es más que una imitación lo más conforme posible con el modelo divino". Ignacio insiste en dos aspectos característicos de la vida cristiana: la estructura jerárquica de la comunidad eclesial y la unidad fundamental que une entre si a todos los fieles en Cristo. "La insistencia de la comunión de los creyentes entre sí y con sus pastores, se refuerza constantemente mediante imágenes elocuentes y analogías: la cítara, los instrumentos de cuerda, la entonación, el concierto, la sinfonía. Es evidente la peculiar responsabilidad de los obispos, de los presbíteros y los diáconos en la edificación de la comunidad. A ellos se dirige ante todo el llamamiento al amor y la unidad.… Ignacio es el primero que en la literatura cristiana atribuye a la Iglesia el adjetivo “católica”, es decir, “universal”... Precisamente en el servicio de unidad a la Iglesia católica, la comunidad cristiana de Roma ejerce una especie de primado en el amor"
El Papa Benedicto XVI ha continuado su catequesis subrayando que Ignacio " es verdaderamente el «doctor de la unidad»: unidad de Dios y unidad de Cristo (en oposición a las diferentes herejías que comenzaban a circular y que dividían al hombre y a Dios en Cristo), unidad de la Iglesia, unidad de los fieles, «en la fe y en la caridad, pues no hay nada más excelente que ella… Ignacio invita a los fieles de ayer y de hoy, es una invitación para todos nosotros a lograr una síntesis progresiva entre ‘configuración con Cristo’ (unión con Él, vida en Él) y ‘entrega a su Iglesia’ (unidad con el obispo, servicio generoso a la comunidad y al mundo). En definitiva, es necesario lograr una síntesis entre ‘comunión’ de la Iglesia en su interior y ‘misión’, proclamación del Evangelio a los demás, hasta que una dimensión hable a través de la otra, y los creyentes tengan cada vez más ‘ese espíritu sin divisiones, que es el mismo Jesucristo”. Por último, el Santo Padre ha invitado a rezar "para que el Señor nos ayude a alcanzar esta unidad y vivamos sin mancha, pues el amor purifica las almas" (S.L) (Agencia Fides 15/3/2007 - Líneas: Palabras:


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