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Roma (Agencia Fides) - En el ámbito del Acto académico por el 75° aniversario de la fundación de la facultad de Misionología de la Pontificia Universidad Gregoriana, el jueves 8 de marzo, Su Exc. Mons. Robert Sarah, Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, ha presentado una relación sobre el tema ""Remar mar adentro… para una renovada misión de la Iglesia"
Releyéndole en clave misionera la invitación de Juan Pablo II a "remar mar adentro", Mons. Sarah ha evidenciado que hablar de la misión "renovada" no significa decir "cambiada", sino más bien antes "vivificada" y, donde sea necesario, "adecuada" a la realidad actual. Luego ha articulado su intervención tomando en consideración tres aspectos: Jesús estaba en la barca de Pedro cuando mandó remar mar adentro, Jesús continua imprimiendo este dinamismo apostólico hoy, Jesús nos indica las prioridades a las que debemos responder, junto a Él.
“No está fuera de lugar recordar que la misión es 'obra de la Iglesia', que debe realizarse bajo la guía de los Pastores" ha afirmado Mons. Sarah, recordando que la responsabilidad de la misión se expresa en la Iglesia a muchos niveles, con diversos grados de responsabilidad. "La fuerza del Dicasterio Misionero no está en sus competencias jurídicas, aún cuando están sean importantes, sino que está sobre todo en el hecho de estar al servicio del Sucesor de Pedro y de la Iglesia… nuestro timonel, es ciertamente, Jesús. Pero Él se expresa por medio de su Vicario, quien, a su vez, requiere la colaboración de los Obispos y de toda la Iglesia. La misión no está agotada ni superada. Es por tanto necesaria. Pero hay de aquel que quisiera remar mar adentro en otra barca que no sea la de Pedro”.
Centrándose en el sentido de la renovación, el Secretario del Dicasterio Misionero ha dicho que "la misión resulta renovada ante todo si no nos repetimos. En un mundo que cambia, viene interpeladas nuestras elecciones operativas, los escenarios y los métodos de acción, las estrategias y los medios usados. Honestamente no podemos actuar como antes". Se deben en todo caso evitar los riesgos opuestos: sentir el peso de abandonar los métodos aprobados con una pérdida de ánimo o lanzarse a la novedad, quizá alejándose del barco de Pedro o actuando como si la misión fuera un hecho personal. "No basta con 'hacer' cosas nuevas, es necesario 'ser' nuevos 'dentro'. La misión exige apóstoles con una personalidad rica con la sabiduría del anciano y el dinamismo del joven, exige ser contemplativos en acción" ha subrayado el Arzobispo. "La misión no 'es renovada' de una vez por todas, Esta requiere agentes con una mentalidad de renovación que no coincide con la mentalidad de lo provisional, agentes a la altura de lo nuevo sin pesimismos."
En la parte conclusiva, Mons. Sarah ha indicado algunas prioridades urgentes para el futuro de la misión. En primer lugar es necesario interrogarse sobre "dónde" se realiza hoy la misión, refiriéndose al vasto fenómeno de la movilidad humana, que está en crecimiento y determinará en breve la constitución de naciones multi-culturales y multi-religiosas. Luego es necesario repensar la procedencia y la movilidad de los agentes pastorales para la misión. "Si reconocemos a la Europa cristiana el mérito de haber evangelizado buena parte del mundo en los siglos pasados, hoy tenemos que convencernos que la estrategia ya no es la misma - ha afirmado Mons. Sarah -. La movilidad y el cambio de evangelizadores deben ser programados sobre un rayo más amplio y garantizado. Cristo continúa llamando y enviando. A nosotros corresponde la responsabilidad de reordenar el movimiento de los apóstoles de frontera". Por último, el diálogo iluminado con todos ("sin diálogo la misión se estanca o viene impedida") y el fatigoso camino de la inculturación "que continua siendo una prioridad que requiere reflexión y sabiduría". (S.L) (Agencia Fides 9/3/2007 - Líneas: 47 Palabras: 667)
