VATICANO - EL PAPA A LOS NUEVOS CARDENALES: SÓLO SI OS HACÉIS SIERVOS DE TODOS CUMPLIRÉIS CON VUESTRA MISIÓN Y AYUDARÉIS AL SUCESOR DE PEDRO A SER, A SU VEZ, A SER EL “SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS”

martes, 21 octubre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “En esta Plaza, como se ha subrayado oportunamente, resplandece hoy la Iglesia de Cristo, siempre antigua y siempre nueva, reunida en torno al sucesor de Pedro. El Colegio Cardenalicio, enriquecido con nuevos miembros, al reflejar todavía más la multiplicidad de razas y culturas que caracteriza al pueblo cristiano, pone de relieve la unidad de toda porción de la grey de Cristo con la cátedra del obispo de Roma”. Son las palabras de la homilía del Santo Padre Juan Pablo II durante el IX Consistorio Ordinario Público para la creación de 31 nuevos Cardenales, que presidió el Papa esta mañana , martes 21 de octubre, en la Plaza de San Pedro.
Durante la celebración de la Palabra, Juan Pablo II leyó la formula de creación y proclamó los nombres de los nuevos Cardenales. A continuación, el primero de los nuevos Cardenales, el Card. Jean-Louis Tauran, en nombre de todos dirigió un saludo de felicitación al Santo Padre. Después de la proclamación del Evangelio, el Papa tuvo la homilía: “Vosotros, venerados hermanos cardenales, por el «título» que se os atribuye, pertenecéis al clero de esta ciudad de la que es obispo el sucesor de Pedro– dijo el Papa. De este modo, por una parte ampliáis, en cierto sentido, la comunidad eclesial que está en Roma hasta los últimos confines de la Tierra; por otra, hacéis presente en ella a la Iglesia universal. Se expresa de este modo la naturaleza misma del Cuerpo místico de Cristo, Familia de Dios que abraza pueblos y naciones de todo lugar, con el vínculo de la única fe y de la única caridad. Pedro es el fundamento visible de esta comunión. En el desempeño de su ministerio, el sucesor del pescador de Galilea cuenta con vuestra colaboración fiel; os pide que lo acompañéis con la oración, mientras invoca el Espíritu Santo para que no se debilite nunca la comunión entre todos aquellos a los que el Señor «ha elegido como vicarios de su Hijo y ha constituido pastores»”.
Después de haber recordado que el color rojo púrpura del hábito cardenalicio “evoca el color de la sangre y recuerda el heroísmo de los mártires. Es el símbolo de un amor a Jesús y a su Iglesia que no experimenta límites”, el Papa subrayó cuan “grande es el don que se os ha hecho, y al mismo tiempo, grande es la responsabilidad que comporta”. “Queridos y venerados hermanos: sólo si os hacéis siervos de todos cumpliréis con vuestra misión y ayudaréis al sucesor de Pedro a ser, a su vez, a ser el «siervo de los siervos de Dios», como le gustaba calificarse a mi santo predecesor Gregorio Magno. Se trata ciertamente de un ideal difícil de realizar, pero el Buen Pastor nos asegura su apoyo”.
El Rito prosiguió con al profesión de fe de los nuevos Cardenales y el juramento de fidelidad y obediencia al Papa y a sus sucesores. El santo Padre impuso después a los nuevos Cardenales la Birreta cardenalicia y les asignó el título de una iglesia de Roma. La celebración concluyó con una oración universal , el rezo del Pater Noster y la Bendición final. (S.L.) (Agencia Fides 21/10/2003 Líneas: 42 Palabras: 584)


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