AFRICA/BENIN - "El trabajo es una bendición": mensaje cuaresmal del Obispo de la diócesis de Natitingou

lunes, 5 marzo 2007

Natitingou (Agencia Fides) - "Los problemas materiales nos agobian constantemente. Pero Dios nos ha dado las manos para trabajar y participar en su obra creadora. Las manos son el instrumento de nuestra dignidad. La virtud de la fuerza es necesaria así como una intensa vida de oración y sacrificio para ser trabajadores honestos y concienzudos" afirma Mons. Pascal N'Koué, Obispo de Natitingou, en Benin, en su mensaje cuaresmal titulado "El trabajo es una bendición."
El Obispo exhorta a los católicos y los hombres de buena voluntad a empeñarse en primera persona por el bien común porque "después de Dios se debe contar con el hombre para el progreso de la sociedad. Un pueblo creyente debe ser un pueblo trabajador. En la Biblia se habla continuamente de criados, de artesanos, de trabajadores, de pescadores, de viñeros, de soldados,…Más nos acercamos a Dios, más se trabaja. Más se contempla a Dios, más se trabaja. Es el secreto de los monjes que no mueren nunca de hambre."
En un País afligido por la indigencia, Mons. N'Koué recuerda que "el trabajo es el instrumento privilegiado para luchar contra la pobreza, las enfermedades, la ignorancia. Un trabajo bien hecho es también oración. Por medio del trabajo se aprende a servir a Dios y nuestros hermanos. Los enemigos del trabajo son: la negligencia, la pereza, la estafa, las pérdidas de tiempo en críticas estériles o en charlas. Todo esto produce la corrupción y la mediocridad."
Es por el contrario, por medio del trabajo como podemos mejorar nuestras condiciones de vida y cambiar la cara de la tierra. Es pues urgente tomar conciencia de nuestra vocación de colaboradores de Dios. Sin el trabajo metódico y perseverante, sin el esfuerzo continuo, no habrá nunca progreso material y espiritual.
"Reconocemos que el trabajo a menudo es duro" continúa el Obispo. "Las mujeres que buscan la leña en la selva lo saben. Y a pesar de ello, el mundo del trabajo es una bendición. Es una bendición para el hombre creado a imagen de Dios trabajador. Se debe evitar considerar el trabajo como una maldición. Algunas personas creen en efecto que el trabajo es una consecuencia del pecado original. No es en absoluto verdad. Cuándo Dios creó a Adán y Eva, los puso en un bello jardín para que trabajaran (Gen 2,15). Eran los jardineros. El pecado no hizo sino hacer pesado el trabajo. Nuestro mismo Dios es un gran trabajador. La Biblia nos dice que trabajó durante 6 días antes de descansar el séptimo día. Al hombre y a la mujer, que ha creado a su imagen, Dios les pide que se multipliquen y dominen la tierra, transformándola, haciéndola habitable. La transformación de la tierra sólo es posible por medio del trabajo y en el trabajo."
"El trabajo es una bendición cuando se realiza para hacer la voluntad del Dios" advierte el Obispo. "El progreso material separado por Dios puede destruir la humanidad. Si Dios no está presente en nuestras acciones, antes o después este se volverá contra nosotros. El progreso científico y tecnológico sin Dios lleva en su seno un veneno peligroso. Porque lo que tenemos que buscar en primer lugar es el Reino de Dios y su justicia. Busquemos pues ante todo los valores del Reino de Dios para luchar contra el pecado, el parasitismo y toda forma de miseria. Todo esto llevará a la fraternidad universal habitada por el Espíritu de Dios: solidaridad, división y ayuda recíproca."
“Volvamos a Cristo. Construyamos juntos el futuro. Amemos s el trabajo bien hecho. Los monjes y monjas nos dan el ejemplo todos los días. Recemos y trabajemos como ellos. Demos a nuestros niños y a los más jóvenes el deseo de trabajar para la gloria de Dios" concluye el Mensaje. (L.M) (Agencia Fides 5/3/2007 Líneas: 43 Palabras: 637)


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