AFRICA/SUDAFRICA - Dos Padres congoleños de la Congregación del Corazón Inmaculado de Maria de Kasai en misión en Sudáfrica

sábado, 3 marzo 2007

Johannesburgo (Agencia Fides) - Desde Kasai, en el centro de la República Democrática del Congo, a la extrema periferia de una ciudad de Sudáfrica. Es el recorrido de dos misioneros congoleños de la CICM (Congregación del Corazón Inmaculado de Maria), el P. Manu Tsasa y Léopold Kalubende, que trabajan en la diócesis de Klerksdorp desde abril de 2006, en el Transvaal occidental.
Los dos religiosos congoleños no esconden las dificultades que han tenido que afrontar para integrarse en el nuevo entorno. "Después de nuestra llegada fuimos acogidos por el centro pastoral de la diócesis donde creímos que íbamos a estar pocos días antes de llevarnos a nuestra parroquia. Pero al final nos quedamos 5 meses" escribe el p. Manu Tsasa en un testimonio publicado en la revista "Chronica CICM". "Después de algunos día de nuestra llegada participamos en un curso de lengua de 10 días, organizado por 6 sacerdotes. Podéis comprender que 10 días de Setswana (la lengua hablada en la diócesis) es totalmente insuficiente para aprender la lengua. Después cada uno tenía que arreglarse solo para añadir nuevas palabras y expresiones".
"Por último, el 1° de septiembre de 2006 llegamos a nuestro destino final. Fieles a la tradición CICM, comenzamos nuestra misión en una parroquia marginada; lejos de la ciudad, es la primera vez que viven en ella sacerdotes. El 90% de los habitantes son negros y viven en cierta precariedad. Hay mucho que hacer, pero los Oblatos que visitan regularmente la parroquia han establecido algunas sólidas comunidades eclesiales de base."
Los dos Padres congoleños han tenido que confrontarse con la actitud de los habitantes de la parroquia. "Al principio las personas son desconfiadas e indiferentes respecto a los extranjeros; Incluso cuando vamos a celebrar la Misa es raro encontrar a alguien que te salude. Esta actitud deriva de la historia de los habitantes del lugar que han aprendido a desafiar al extranjero que trata de quitarle las ocasiones de trabajo."
La parroquia se extiende sobre un vasto territorio y hay dificultades logísticas por superar: "Nuestra casa se encuentra en la ciudad, lugar que estaba reservado a los blancos durante el régimen del apartheid. La población negra habita en las que se llaman "township", el equivalente de la periferia, pero a cierta distancia de la ciudad. Por este motivo, por ahora, casi nadie viene a encontrarnos. La diócesis nos ha proporcionado un automóvil para nuestro apostolado y el p. Kalubende ya se ha acostumbrado a conducir por la izquierda. Él celebra la Misa en las aldeas y yo en el área central, pero pronto nos alternaremos según un programa concordato."
A pesar de las dificultades, el p. Tsasa se muestra entusiasta de su País de misión: "Después del final del apartheid, Sudáfrica ha iniciado un proceso de perdón y reconciliación que ha dado vida a una nueva nación multirracial, llamada por algunos "arco iris". Nuestro deseo es que el joven clero negro sea capaz de afrontar el desafío provocado por el nacimiento de esta nación multinacional y multicultural". (L.M) (Agencia Fides 3/3/2007 Líneas: 38 Palabras: 517)


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