VATICANO - Que la Cuaresma "sea para todos una renovada experiencia del amor misericordioso de Cristo, quien en la Cruz derramó su sangre por nosotros. Pongámonos dócilmente a su escucha para aprender a ‘volver a dar’ su amor al prójimo": la catequesis del Papa en la audiencia general

jueves, 22 febrero 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Hoy inicia la Cuaresma, tiempo litúrgico 'fuerte' de oración, tiempo de penitencia y de compromiso de servir a los hermanos, de vivir conservando la mirada siempre fija en Jesús que se encamina hacia su muerte y resurrección. Queridos jóvenes, sentid esta invitación como si Cristo os la dirigiera personalmente a cada uno de vosotros y acogedla con generosidad". Es la invitación que el Santo Padre Benedicto XVI ha dirigido a los diversos grupos de estudiantes italianos con los que se ha encontrado en la Basílica Vaticana el miércoles 21 de febrero, miércoles de Ceniza. Inmediatamente después, el Papa ha ido al Aula pablo VI dónde se encontraban los peregrinos procedentes de todas las partes del mundo, y en su catequesis ha ilustrado el sentido del tiempo cuaresmal.
"El Miércoles de Ceniza que hoy celebramos, es para nosotros, cristianos, un día particular, caracterizado por el intenso espíritu de recogimiento y reflexión- ha dicho el Pontífice -. Emprendemos, de hecho, el camino de la Cuaresma, tiempo de escucha de la Palabra de Dios, de oración y de penitencia. Son cuarenta días en los que la liturgia nos ayudará a revivir las fases destacadas del misterio de la salvación". Gracias al sacrificio redentor de Cristo, el hombre ha sido rescatado del poder del mal, y por el bautismo renace a vida nueva. "Por esto en la primitiva comunidad cristiana, el Bautismo era considerado como la ‘primera resurrección’ - ha recordado el Papa -. Desde los orígenes, por tanto, la Cuaresma se vive como ese tiempo de la inmediata preparación al Bautismo, que se administra solemnemente durante la Vigilia Pascual. Toda la Cuaresma era un camino hacia este gran encuentro con Cristo, hacia la inmersión en Cristo y la renovación de la vida … También para nosotros la Cuaresma es un «catecumenado» renovado en el que salimos de nuevo al encuentro de nuestro Bautismo para redescubrirlo y revivirlo en profundidad, para ser de nuevo realmente cristianos”.
El Santo Padre ha subrayado después como "la conversión no tiene lugar nunca una vez para siempre, sino que es un proceso, un camino interior de toda nuestra vida" y "la Cuaresma es la estación espiritual propicia para entrenarse con mayor tenacidad en la búsqueda de Dios, abriendo el corazón a Cristo.… Convertirse quiere decir buscar a Dios, caminar con Dios, seguir dócilmente las enseñanzas de su Hijo, Jesucristo; convertirse no es un esfuerzo para realizarse uno mismo, porque el ser humano no es el arquitecto del propio destino eterno… Conversión consiste en aceptar libremente y con amor que dependemos totalmente de Dios, nuestro verdadero Creador, que dependemos del amor. Esto no es dependencia, sino libertad. Convertirse significa, por tanto, no perseguir el éxito personal, que es algo que pasa, sino, abandonando toda seguridad humana, seguir con sencillez y confianza al Señor”.
Recordando su Mensaje para el Cuaresma, en el que subraya "el inmenso amor que Dios tiene hacia nosotros", Benedicto XVI ha evidenciado que "la Cruz también es para nosotros, hombres y mujeres de nuestra época que con demasiada frecuencia estamos distraídos por las preocupaciones y los intereses terrenos y momentáneos, la revelación definitiva del amor y de la misericordia divina. Dios es amor y su amor es el secreto de nuestra felicidad". A continuación, al término de la catequesis, el Papa ha expresado el deseo de que el período cuaresmal "sea para todos una renovada experiencia del amor misericordioso de Cristo, quien en la Cruz derramó su sangre por nosotros" y ha exhortado: "Pongámonos dócilmente a su escucha para aprender a ‘volver a dar’ su amor al prójimo, especialmente a los que sufren y atraviesan dificultades. Esta es la misión de todo discípulo de Cristo, pero para realizarla es necesario permanecer a la escucha de su Palabra y alimentarse asiduamente de su Cuerpo y de su Sangre". (S.L) (Agencia Fides 22/2/2007 Líneas: 48 Palabras: 685)


Compartir: