VATICANO - "Durante más de cincuenta años, el pueblo coreano ha sufrido las consecuencias de la división. Las familias han quedado separadas, los parientes cercanos alejados los unos de los otros. Pido por una rápida solución del problema": el Papa Benedicto XVI al Presidente de la República de Corea

viernes, 16 febrero 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre Benedicto XVI ha recibido en audiencia el 15 de febrero, al Presidente de la República de Corea, Roh Moo-hyun, acompañado por su consorte y sequito. Después del encuentro con el Papa, el Presidente se ha reunido con el Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone. Como se lee en el Comunicado de la Sala de prensa de la Santa Sede, en el coloquio se ha hablado de las relaciones cordiales entre la Santa Sede y la República de Corea, además del entendimiento y la cooperación existentes entre la Iglesia Católica y las autoridades civiles. Se ha abordado también el tema de la situación política y social en Asia Oriental y en particular, el proceso de reconciliación en la península coreana, así como el respeto y la promoción de los derechos humanos en esa región”.
Durante el encuentro con el Papa, Benedicto XVI ha entregado al Jefe de Estado coreano una carta a él dirigida, en la que, además de darle la bienvenida en el Vaticano y a darle las gracias por su visita, el Santo Padre afirma que dicho acto "sirve para reforzar las buenas relaciones que existen entre vuestro País y la Santa Sede". La visita representa "también una clara señal de vuestra consideración por la Iglesia Católica". El Papa Benedicto XVI pide después al Presidente de Corea que transmita sus afectuosos saludos al pueblo coreano, asegurando su oración "por la paz y la estabilidad en la Península coreana y en toda la Región."
La carta del Santo Padre continúa recordando que "durante más de cincuenta años, el pueblo coreano ha sufrido las consecuencias de la división. Las familias han quedado separadas, los parientes cercanos alejados los unos de los otros". El Papa asegura su cercanía espiritual a cuántos sufren y pide "por una rápida solución de este problema". "Desgraciadamente el mundo moderno está marcado por amenazas crecientes contra la dignidad de la vida humana- afirma el Pontífice -. Por eso, quiero expresar mi reconocimiento a todos aquellos que, en su país, trabajan para mantener y defender el carácter sagrado de la vida, el matrimonio y la familia, ámbitos en los que la Iglesia católica en Corea es particularmente activa”.
El Mensaje destaca luego la preocupación por los armamentos nucleares - "el riesgo de la carrera de armamentos nucleares es un ulterior motivo de preocupación, compartida plenamente por la Santa Sede" - e invita a todas las partes interesadas "a realizar todos los esfuerzos para resolver las tensiones actuales con medios pacíficos y a abstenerse de cualquier gesto o iniciativa que pueda poner en peligro las negociaciones, asegurando que se garantice a la parte más vulnerable de la población norcoreana el acceso a la ayuda humanitaria”.
Al término de su carta, el Santo Padre subraya que Corea ha experimentado últimamente " un extraordinario crecimiento económico por ello doy gracias a Dios" pero al mismo tiempo se constata "que no todos los ciudadanos tienen todavía la posibilidad de beneficiarse plenamente de esta prosperidad". Por ello, Benedicto XVI invita al gobierno coreano "a trabajar en armonía con todos aquellos que trabajan por la promoción del bien común y de la justicia social". (S.L) (Agencia Fides 16/2/2007 - Líneas: 40 Palabras: 578)


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