ASIA - Ecumenismo y evangelización: la búsqueda de la unidad entre cristianos y la respuesta a la difusión del Pentecontalismo en Asia en un seminario de la FABC

martes, 13 febrero 2007

Manila (Agencia Fides) - Proseguir en el camino ecuménico y responder con un esfuerzo de espíritu misionero a la difusión del Pentecontalismo en Asia: estos son los temas al centro de un seminario desarrollado recientemente en Manila, con la participación de los representantes de las Conferencias Episcopales de Kazakhstan, Japón, Malasia-Singapur-Brunei, Filipinas, Mongolia, Taiwán. El seminario, organizado por el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, de la Federación de las Conferencias Episcopales Asiáticas (FABC) y por la Conferencia Episcopal Filipina, tuvo como título “En búsqueda de la unidad entre los cristianos: en qué situación nos encontramos hoy”. Participaron más de 130 entre representantes oficiales de la Iglesias asiáticas, miembros de congregaciones religiosas, laicos pertenecientes a movimientos y asociaciones eclesiales, teólogos e intelectuales.
El encuentro se concluyó con un documento final en el que se afirma que “todos los católicos están llamados a trabajar por la unidad de los cristianos”. “El compromiso ecuménico de la Iglesia católica - es un viaje hacia un pleno compartir con los cristianos de otras confesiones, en la única fe, recordando que unidad no significa uniformidad”.
“El movimiento ecuménico está inspirado por el Espíritu Santo, que mueve personas que rezan en modo fervoroso y obran sinceramente por restaurar la unidad querida por Cristo para sus discípulos”, afirma el documento, añadiendo que la espiritualidad ecuménica está signada por “oración, cambio del corazón y santidad de vida”.
Se destaca luego que el Pentecontalismo, que se difunde rápidamente también en Asia, ha enfatizado las manifestaciones del Espíritu Santo, como las sanaciones y el hablar en lenguas, causando “profundos cambios” en las Iglesias cristianas.
Al Pentecostalismo se le reconocen elementos positivos como la alegría, el culto espontáneo, la fuerte vida comunitaria, el acento en la oración y conversión personal, la valoración de los carismas individuales. Pero hay asimismo riesgos como el descuidar la vida sacramental, el misterio de la cruz, el profundizar la doctrina, o el uso impropio de los medios de comunicación y la dificultad en reconocer los otros caminos cristianos.
La respuesta de la Iglesia en Asia, ha dicho la asamblea, “debe iniciar con el diálogo de amor y de vida” y “hacer descubrir a los fieles el sentido de pertenencia”. Asimismo resulta decisivo el factor de la educación, a través de catequesis y momentos de formación en la fe dirigidos a los adultos. También las comunidades católicas, concluye el documento, deben redescubrir los modos para crear en las iglesias una atmósfera calurosa, acogedora y alegre, caracterizada por un clima familiar, abierto al aporte de los laicos, en solidaridad con los últimos. (PA) (Agencia Fides 13/2/2007)


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