VATICANO - “¡Cuánto es hoy en día necesario, especialmente en nuestra época marcada por tantos desafíos humanos y espirituales, que los cristianos proclamen con obras el amor misericordioso de Dios!”: exhortación del Papa a las Misericordias de Italia y a los Donantes de sangre

lunes, 12 febrero 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - “¡Cuánto es hoy en día necesario, especialmente en nuestra época marcada por tantos desafíos humanos y espirituales, que los cristianos proclamen con obras el amor misericordioso de Dios! Todo bautizado debería ser un “evangelio que vive”. Tantas personas que no fácilmente acogen a Cristo y sus exigentes enseñanzas, son sin embargo sensibles al testimonio de cuantos comunican su mensaje mediante el testimonio concreto de la caridad. El amor es un lenguaje que llega directamente al corazón y lo abre a la confianza”. Es la exhortación que el Santo Padre Benedicto XVI dirigió a la Confederación Nacional de las Misericordias de Italia y de los Donantes de Sangre “Fratres”, recibidos en audiencia el 10 de febrero hacia el final de la mañana.
Las Misericordias -recordó el Pontífice en su discurso- son la más antigua forma de voluntariado social organizado, surgida en el mundo por iniciativa de san Pedro Mártir de Verona, el cual, en 1244, en Florencia, reunió algunos ciudadanos, de toda edad y clase social, deseosos de “honorar a Dios con obras de misericordia hacia el prójimo, en el más absoluto anonimato y en total gratuidad”. Hoy la Confederación de las Misericordias de Italia -dijo Benedicto XVI- reúne más de 700 ‘confraternidades’... a las que hay que agregar los numerosos grupos de donantes de sangre denominados “Fratres”. Más de ciento mil son por lo tanto los voluntarios reunidos en vuestra benéfica organización; comprometidos en modo permanente en el ámbito socio-sanitario”.
El Pontífice ha elogiado “la variedad” de las intervenciones de las Misericordias, “signo de un celo, de una ‘fantasía’ en la caridad que deriva de un corazón vivo, del que es ‘motor’ el amor por el hombre en dificultad”, y su contribución para “difundir el Evangelio del amor de Dios para todos los hombres”. Ha destacado la importancia de conservar las propias “raíces cristianas” en Italia y en Europa: “Vuestras confraternidades, las Misericordias, son una presencia viva y vivaz, muy realista, de estas raíces cristianas. Las Misericordias no son una agregación eclesial. Sus raíces históricas permanecen cristianas sin lugar a duda... Para que las raíces puedan continuar dando frutos, deben mantenerse vivas y saldas. Es por esto que oportunamente proponéis a vuestros socios momentos periódicos de calificación y de formación, para profundizar cada vez más las motivaciones humanas y cristianas de vuestras actividades. El riesgo, en efecto, es que el voluntariado pueda reducirse a simple activismo”. Finalmente el Papa ha destacado la función educativa de las Misericordias: su aporte para “tener viva la sensibilidad para los valores más nobles, como la fraternidad y la ayuda desinteresada a quien se encuentra en dificultad”. Son particularmente los jóvenes quienes pueden sacar beneficio de la experiencia del voluntariado, que puede ser para ellos una “escuela de vida". (S.L.) (Agencia Fides 12/2/2007)


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